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ENTREVISTAS

Actualidad Aseguradora nº08 - Junio 2025

Lluís Ferrer

Consejero Delegado de Ferrer&Ojeda

 


“La cultura que hoy nos define es una verdadera fuente de ventaja competitiva” 


 

En el 125 aniversario de Ferrer&Ojeda, Lluís Ferrer hace balance de la historia y evolución de la empresa; también comparte algunas perspectivas de futuro. La cultura compartida, el liderazgo colaborativo y, sobre todo, el compromiso con las personas constituyen las señas de identidad del grupo. “Si tuviera que destacar un mérito, diría que ha sido mantenernos fieles a los principios del primer día y a los valores que nos definen”, afirma. Esa coherencia con los valores fundacionales, junto con la independencia y una visión a largo plazo, siguen siendo la brújula de un modelo empresarial  que aspira a construir futuro con propósito y responsabilidad.
 

 

ENTREVISTA - Lluís Ferrer

Limite

‘ACTUALIDAD ASEGURADORA’ (en adelante ‘A.A.’).- Celebrar 125 años no es un logro empresarial muy común. ¿Cuál cree que ha sido el mayor acierto estratégico de Ferrer&Ojeda a lo largo de su historia? 

LLUÍS FERRER.- Uff¡ No me atrevería a hablar de ‘aciertos’ en términos tan absolutos, porque, siendo sincero, seguro que a lo largo de tantos años hemos cometido más errores que aciertos. Pero, si tuviera que destacar un mérito, diría que ha sido mantenernos fieles a los principios del primer día y a los valores que nos definen. Lo hemos hecho incluso en contextos difíciles y siempre gracias a la calidad humana de los socios y de todas las personas que se han ido sumando al proyecto.

 

‘A.A.’.- ¿Cuáles son los valores que siguen vigentes y cuáles han evolucionado? 

LLUÍS FERRER.- Los valores que siguen vigentes son la implicación, el compromiso, la confianza, la visión a largo plazo y, especialmente, la generosidad. Estos siguen siendo parte esencial de nuestra propuesta de valor y servicio al mercado. En cuanto a la evolución, lo que ha cambiado es nuestra forma de actuar: hemos adoptado una perspectiva más actual, fomentado la innovación y mantenido la inversión en tecnología para adaptarnos a las nuevas demandas del mercado, siempre pensando en el cliente. 

 

‘A.A.’.- La crisis económica de 2008 supuso un reto importante para muchas empresas. ¿Cómo vivió Ferrer&Ojeda esa etapa y qué lecciones aprendió que hoy siguen influyendo en la estrategia de la empresa?

LLUÍS FERRER.- Al principio, como todos, la vivimos con incertidumbre. Sin embargo, también teníamos la convicción de que nuestro activo más valioso como correduría eran nuestras personas, y esa era la oportunidad para demostrarlo. Asumimos un compromiso público con toda la plantilla -todavía recuerdo bien aquel momento en el Auditorio de la Fundación Miró en Barcelona, durante nuestra Convención Anual- en el que la empresa se comprometió a mantener todos los puestos de trabajo durante la crisis, sin saber cuánto tiempo iba a durar. Para hacerlo posible, los accionistas se comprometieron a aportar todos los recursos necesarios. Y con esa determinación reafirmamos los valores clave de nuestra empresa, ya mencionados: el compromiso, la implicación y la generosidad.

 


Un momento de gratitud

“Estos últimos días le he dado muchas vueltas a qué significa para mi la celebración del 125 aniversario . Y por encima de todo es un momento de agradecimiento. De gratitud y de celebración compartida. Significa reconocer el esfuerzo de todos los que han formado parte de esta historia y todos los que nos han acompañado y ayudado durante tantos años; también es el momento de renovar el compromiso de seguir construyendo juntos hacia el futuro”.


 

‘A.A.’.- Ferrer&Ojeda es el resultado de un proceso largo de integraciones y adquisiciones, algo que hoy se ha convertido casi en una ‘moda’. ¿Cuál ha sido la clave para crecer sin perder su identidad y preservar la cultura de la empresa?

LLUÍS FERRER.- La clave ha estado en integrar e incorporar, más que en simplemente adquirir. Y en hacerlo siempre de forma genuina, dando más importancia a las personas que a las empresas que se han sumado al proyecto, buscando siempre afinidad en los valores. Ponemos un gran foco en la dimensión humana y en el encaje cultural, prácticamente al mismo nivel que en los aspectos del negocio. En los últimos 20 años hemos llevado a cabo más de 40 operaciones de M&A y cada una ha sido abordada con mucho cuidado, procurando que los equipos encuentren oportunidades de desarrollo dentro del grupo y, sobre todo, que los clientes perciban un servicio centrado en sus necesidades. Cuando una integración se gestiona bien en este sentido, las personas que se incorporan se convierten en los mejores embajadores para futuras incorporaciones. Para nosotros, la cultura que hoy define a Ferrer&Ojeda es una verdadera fuente de ventaja competitiva. 

 

‘A.A.’.- En un contexto donde el crecimiento por adquisiciones es cada vez más habitual, ¿podría esta tendencia tener efectos negativos? ¿Existe el riesgo de que acabe restando espacio a los corredores independientes para seguir creciendo?

LLUÍS FERRER.- Siempre hemos defendido que quien haga las cosas bien -y eso implica, por encima de todo,  servir a los clientes como ellos requieren- tendrá futuro en el mercado. Soy un gran defensor de aquellas corredurías o mediadores que, independientemente del tamaño, trabajan muy bien su mercado y tienen claro lo que hacen. Sí es cierto que el actual proceso de consolidación que vive el sector está aportando sofisticación y representa una oportunidad para ganar una dimensión relevante que, en algunos casos, no siempre, permitirá afrontar mejores inversiones necesarias a futuro y hacer frente a nuevos retos como la inteligencia artificial, el aumento de la regulación y el compliance, la innovación tecnológica o la retención del talento.

 

‘A.A.’.- ¿Cómo cree que la digitalización y las nuevas expectativas de los clientes están transformando el papel del corredor? 

LLUÍS FERRER.- El corredor está evolucionando hacia un perfil más especializado y consultivo. No por la digitalización en sí, sino porque es lo que el cliente está demandando. Otra cosa es que, gracias a la tecnología, ahora podemos ofrecer un servicio más ágil y personalizado, lo que nos permite centrarnos en lo que realmente aporta valor: el acompañamiento experto a lo largo de todo el ciclo asegurador.

 


“Una visión muy de futuro”

‘A.A.’.– A lo largo de estos 125 años, ha habido muchas etapas clave en la historia de Ferrer&Ojeda. Si tuviera que elegir un punto de inflexión, ¿cuál destacaría y por qué?

LLUÍS FERRER.– Si no hablamos de los tiempos de los fundadores, los pioneros de la Correduría Ojeda y de la Correduría Ferrer, que a veces olvidamos, y que sufrieron dos guerras mundiales, una guerra civil, así como la nacionalización del seguro de accidentes de trabajo, podríamos destacar tres momentos clave, en los que, en cada uno, tomamos decisiones valientes. Que no fueron las más comunes, si echamos la vista atrás.

Sin duda, el primero fue la fusión en 1986. Con una visión muy de futuro, en un momento en que las fusiones no eran comunes, nos permitió multiplicar capacidades sobre la base de compartir y crecer, para construir una empresa multifamiliar sólida. A cambio de ceder cada familia el 100 % de la propiedad, pudimos invertir, generar recursos para dar respuesta a las necesidades de nuestros clientes, y, al final, hemos acabado ganando todos mucho más.

Un segundo punto fue la crisis de 2008, que afectó a todo el mundo y a España de manera muy significativa. En aquel momento, adquirimos el compromiso de anteponer la continuidad del 100 % de nuestros empleados por delante de cualquier otro interés, y sobre todo, por delante de los intereses de los accionistas.

Y el tercero lo estamos viviendo ahora, en el momento actual, donde, frente al gran interés que muchas firmas multinacionales e inversores han mostrado por nosotros, hemos optado por dar continuidad a un proyecto de propiedad independiente, familiar y nacional, que hoy es único en España. Y acometer un relevo generacional como apuesta de futuro real y esperanzadora.


 

“Dejar hacer”

‘A.A.’.- Ceder el liderazgo no es fácil, ¿cuáles son las diferencias fundamentales entre tomar el relevo de alguien y darlo?

LLUÍS FERRER.- Tomar el relevo implica aprender, escuchar y ganarse la confianza. En cambio, darlo supone confiar, saber soltar y acompañar desde otro lugar, dejando espacio para que el nuevo liderazgo crezca con autonomía. Uno de los mejores legados que nos dejó Mariano Puig, fundador y presidente del Instituto de la Empresa Familiar, son las cinco etapas del verbo “hacer”, que representan momentos clave en la vida de un empresario. Él decía que, si un empresario cumplía bien, incluso a la perfección, cuatro de ellas, pero no la quinta, no habría cumplido plenamente con su misión. Esa quinta etapa es el “dejar hacer”. En esta línea, creo que todos los socios estamos en un proceso de transición y relevo hacia las nuevas generaciones, lo cual es para nosotros un motivo de orgullo.

 

‘A.A.’.- ¿Cómo ha evolucionado su estilo de liderazgo desde que empezó en la empresa hasta hoy?

LLUÍS FERRER.- Desde el principio, hemos practicado un liderazgo compartido entre los fundadores, un modelo que hemos querido mantener a lo largo del tiempo. Además, hemos ido incluyendo en ese estilo a algunas de las personas que se han ido incorporando al proyecto. La colaboración entre todos ha sido fundamental para consolidar esta forma  de liderazgo y hacerla sostenible en el tiempo.

 

‘A.A.’.- ¿En algún momento pensó en ‘tirar la toalla’? 

LLUÍS FERRER.- ¡Muchas veces! Seguro que como a muchas otras personas con responsabilidad sobre un negocio y un legado. Pero al final el compromiso con las personas, con las familias de Ferrer&Ojeda y con los clientes, me dieron la fuerza que necesita para continuar con ilusión. Saber que, a pesar de todas las dificultades, estábamos construyendo algo que valía la pena y que iba más allá de lo personal -algo con impacto real en tantas familias- nos impulsaba a continuar.

 


Mirar más hacia fuera

“El gran reto del sector asegurador, incluida la mediación, es mirar más hacia afuera. Todavía nos falta comunicar mejor el valor que aportamos y el propósito que nos mueve como sector. ¡Porque tenemos un sector con un propósito claro y valioso! No son muchos los sectores que, con el peso transversal que tiene el asegurador en la economía, pueden presumir de un propósito tan noble y significativo como el nuestro”.


 

‘A.A.’.- ¿Cuál ha sido la decisión más difícil que ha tenido que tomar como Consejero Delegado de Ferrer&Ojeda?

LLUÍS FERRER.- Por suerte no hemos tenido que tomar decisiones muy difíciles. Además, como las decisiones importantes las tomamos siempre de forma consensuada, incluso las que parecerían más complicadas se afrontan con más facilidad. 

 

‘A.A.’.- Si pudiera enviar un mensaje a los fundadores de Ferrer&Ojeda, ¿qué les diría?

LLUÍS FERRER.- Lo primero que les transmitiría es que hemos sabido mantener vivo el espíritu de empresa familiar con el que iniciaron este proyecto. No en vano, en la primera fase de nuestro protocolo de socios asumimos que la empresa es un patrimonio que tenemos la responsabilidad de preservar, desarrollar y transmitir a la siguiente generación.

Y, en segundo lugar, y en letras mayúsculas, que pueden sentirse orgullosos del relevo actual, del equipo que va a liderar este proyecto durante, al menos, otros 125 años más.

 

‘A.A.’.- Más allá de los resultados financieros, ¿qué legado le gustaría que permaneciera en la empresa?

LLUÍS FERRER.- Me gustaría que la empresa siga creciendo sin perder su identidad, manteniendo siempre a las personas y a los clientes como prioridad, y conservando la generosidad entre los socios y de estos hacia el proyecto como un valor fundamental. Siempre animo a que cada persona reflexione no sobre lo que puede obtener del proyecto, sino sobre lo que puede aportar para contribuir a su crecimiento.
 

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