La paradoja del ascenso: de directivos exitosos a líderes globales

Juan Antonio Martínez Gijón
Socio de AMG Human y Sportalent - juanantoniomartinez@amghuman.com

Cada año es mayor el número de directivos españoles que ascienden a roles globales en grandes multinacionales, demostrando así su valía en un escenario cada vez más internacional. Recientemente se publicaban los nombres de profesionales de nuestro país que están triunfando por el mundo, con salarios acordes a las responsabilidades de sus cargos. Voy a citar a 4: Ramón Laguarta, de PepsiCo, que percibe 34 millones de dólares anuales; Paco Ybarra, de Citi, con 29,5 millones; Joaquín Duato, de Johnson & Johnson, con 28,4 millones; o Javier Oliván, de Meta, con 22 millones. 

Es un claro indicador del buen hacer de los españoles en las grandes multinacionales. Y de su nivel de compromiso. Es lo que hoy se exige: directivos muy involucrados, con impacto directo en el negocio. Se percibe muy nítidamente en determinados sectores, especialmente los vinculados a la venta de servicios profesionales o de otro tipo, que apuestan por profesionales con un impacto directo en la cuenta de resultados, es decir, que generen negocio de forma casi directa. En consultoría, este aspecto es claramente significativo: solo aquellos que consiguen atraer y generar negocio, independientemente de la magnitud de su posición en la jerarquía, son los que sobreviven y escalan.

El secreto del éxito

¿Qué virtud diferencia a los triunfadores? En mi opinión, la más relevante es ser capaces de mantener relaciones directas con las unidades locales y, sobre todo, con clientes relevantes e incluso proveedores esenciales. Este factor convierte al directivo en un actor crucial, más allá del rol de líder con capacidad de inspirar, motivar y guiar a los equipos hacia el logro de los objetivos de la corporación. Además, es necesario para seguir logrando que los negocios de su perímetro prosperen, se transformen y consigan buenos resultados. Antes o, como mínimo, una vez asumido el cargo, es esencial conocer bien la cultura de la matriz y de los países supervisados. La política que rige en el grupo y la manera de ganar puntos en ese nuevo entorno profesional son fundamentales. En este sentido, es altamente recomendable:

• Desarrollar relaciones sólidas y sinceras con los nuevos colegas de grupo: buscar que superiores, pares y equipo quieran tenerte cerca. Hay que ser estratégico en las relaciones, identificar quiénes son los actores clave dentro de la organización y trabajar para desarrollar colaboraciones estratégicas con ellos. Esto puede incluir a líderes naturales, directivos de alto nivel, mentores potenciales y otros colegas influyentes que puedan ayudar a avanzar profesionalmente, tanto ellos a ti como tú a ellos. Aquí conviene recordar las enseñanzas del gran escritor Dale Carnegie: “no critiques, no condenes, ni te quejes”.
• La inteligencia emocional es primordial: hay que saber gestionar los conflictos de manera constructiva, tomando decisiones ágiles y lo más acertadas posibles.
• Hay que contribuir al éxito de los demás, evitando el “auto-medallismo”. Debes ser tú quien ponga medallas a los demás y que otros, de manera sincera, te las pongan a ti. Reconoce y valora las contribuciones de los demás.
• Se debe comunicar de manera efectiva, transmitiendo las ideas de manera persuasiva.

En un mundo cada vez más globalizado, los directivos españoles tienen la oportunidad de brillar en roles globales y dejar su impronta en el escenario internacional. Con las estrategias adecuadas y un enfoque proactivo, el éxito está al alcance de todos aquellos que estén dispuestos a enfrentar el desafío. 

Aun así, si esto no ocurre, ten siempre presente que es una oportunidad que te brinda la vida de hacerlo mejor.