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Un referente listo para los nuevos tiempos

Es uno de los edificios más relevantes del conocido Paseo de la Castellana y, claro está, es una referencia para la industria aseguradora. Construido en 1977 por José María Bosch Aymerich, ha sido rehabilitado en un proceso que concluyó hace apenas tres años y que mantiene su singularidad estructural. La nueva fachada exterior no solo potencia la verticalidad y la idea de prisma flotante que lo caracterizaba, sino que los vidrios exteriores se han colocado de tal forma que favorecen al máximo la entrada de luz natural, a la vez que permiten reducir el nivel de radiación solar y disipar una parte importante de la energía térmica del edificio, consiguiendo un ahorro energético considerable. 

El inmueble en el que tiene su sede la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones tiene una superficie construida de más de 9.000 m2, de los que 7.000 m2 se distribuyen en 10 plantas sobre rasante y el resto en 4 plantas bajo rasante

El edificio original ya se caracterizaba por su singularidad estructural y ahora se ha buscado conjugar los nuevos elementos incorporados con dicha singular estructura. De esta forma, la fachada exterior o la escalera que da servicio a la cafetería y al salón de actos, “se configuran como elementos de diseño similares a los originales”, se explica.

En la reforma se ha tratado de mantener los materiales originales en la rehabilitación y, por ello, se han reutilizado piedras nobles en los vestíbulos y plantas de acceso y se ha conservado y restituido el falso techo de la planta baja. En la fachada exterior se ha potenciado la verticalidad, así como la idea de prisma flotante que ya la caracterizaba, y los vidrios exteriores se han colocado siguiendo un patrón de alturas variables de forma que la fachada pierde gradualmente la dimensión vertical. 

Optimizar y liberar espacios

Los cambios van mucho más allá. El edificio originario tenía una zona central con aseos, cuartos técnicos y almacenes que ocupaban casi un tercio de cada planta. La rehabilitación ha articulado los espacios de uso en torno a uno central, más reducido. Ahora, todas las zonas tienen una visión del exterior en toda la altura.

Otro de los ejes de la reforma han sido los vestíbulos, que se han respetado y potenciado; aquí la transformación se apoya en los murales-escultura preexistentes, obra del escultor José Luis Fernández, que se han visto reforzados.

Llama asimismo la atención el cambio en la entrada, con un patio que comunica la planta baja con el nivel inferior y que permite que el salón de actos, la cafetería y la zona de acceso se vean como un espacio continuo, potenciado por la luz natural.

La rehabilitación ha hecho posible un edificio muy sostenible gracias a varias medidas pasivas que favorecen el ahorro energético. Así, “la fachada exterior de vidrio permite reducir el nivel de radiación solar y disipar una parte importante de la energía térmica del edificio, consiguiendo un gran ahorro energético. Además, la reutilización de elementos en su rehabilitación ha contribuido a su sostenibilidad y a rebajar la huella de CO2”. 

La apuesta por la sostenibilidad se percibe también en las medidas para impulsar el reciclaje de envases y plásticos, de papel no confidencial y de mascarillas y guantes por medio de papeleras específicas en cada planta; a ello se suman contenedores para eliminación de documentación confidencial.