Una industria omnipresente

El plástico está en todas partes. La industria de transformación de plásticos está estrechamente vinculada al resto de sectores de actividad, aportando soluciones para envase y embalaje, construcción, agricultura, automoción, electrónica, industria textil… Además, es un sector altamente innovador.

La industria de transformación de plásticos está formada por cerca de 3.000 empresas repartidas por toda la geografía española. Se trata de un sector muy atomizado, puesto que el 98% de las compañías que lo conforman son pymes o micropymes. 

La facturación conjunta de esta industria alcanzó los 14.636 millones de euros en 2020, según los datos de la última ‘Memoria de actividades’ de la Asociación Española de Industriales de Plásticos (ANAIP). Cataluña lidera esta industria, ya que las más de 800 empresas asentadas en la región aportan casi un tercio de los ingresos totales (4.555 millones de euros). El sector también tiene mucho peso en la Comunidad Valenciana (2.711 millones y cerca de 600 empresas), Andalucía (1.288 millones), País Vasco (1.251 millones) y Madrid (1.100 millones).

Esta industria también cuenta con un destacado papel como creadora de empleo, dando trabajo directo a más de 71.000 personas. Además, el 92% de las personas ocupadas son empleados fijos. Y, dada la atomización del sector, se trata de un sector que genera riqueza en todo el país. 

Riesgos y seguros más frecuentes

El incendio es el principal riesgo al que se enfrenta la industria de transformación de plásticos. Las empresas del sector trabajan con materiales que presentan un alto grado de combustibilidad, alcanzan altas temperaturas, desprenden humos tóxicos (CO) y ofrecen una rápida propagación, Además, estos incendios presentan una elevada dificultad en los trabajos de extinción, debido a la alta generación de humos. El almacenamiento de materias primas (granza), los procesos de producción y moldeo y el almacenamiento de producto acabado son riesgos que el sector asegurador tiene en cuenta, por lo que exige altos estándares de gerencia de riesgos para su aseguramiento. 

El resto de riesgos inherentes a la industria del plástico son muy similares a los que se presentan en otros sectores industriales.

Riesgo sobre el inmovilizado. Los seguros de daños materiales (edificaciones, ajuar industrial y existencias por incendio, explosión, riesgos de la naturaleza, daños por agua —rotura de instalaciones—, daños eléctricos, daños por humo, impacto de vehículos…) y de pérdida be beneficio responden ante este tipo de riesgos. En este sector es particularmente importante el riesgo de roturas accidentales de depósitos y derrame de materias primas líquidas y sólidas. 

Daños y perjuicios causados a terceros. Quedan cubiertos por los distintos seguros de responsabilidad civil: RC general, RC subsidiaria de subcontratistas, RC por accidentes de trabajo de empleados propios o de subcontratistas, RC locativa por daños al propietario del local/nave alquilado o RC de productos por daños que los productos defectuosos pueden ocasionar al cliente final. Otro seguro importante es el de RC de unión y mezcla por daños que los productos ocasionen al cliente directo que los haya utilizado para mezclarlos o incorporarlos en su producción. Además, en el caso de las empresas que fabrican piezas de plástico que se incorporan a otros productos (automoción, aviación, alimentación…) son importantes las coberturas de gastos de montaje o desmontaje de productos defectuosos incorporados en terceros productos y de retirada de productos.

Daños y perjuicios causados a recursos naturales. El seguro de responsabilidad medioambiental contempla la RC por contaminación a bienes y personas, gastos de descontaminación del suelo, responsabilidad derivada del transporte de mercancías y pérdida de beneficios.

Otros riesgos. El sector también ha de tener en cuenta otros riesgos: transporte de mercancías (seguro de transportes), sobre las personas (seguro colectivo de accidentes y vida), sobre el patrimonio de administradores y directivos (seguro D&O), riesgos tecnológicos y ciberataques (seguro de ciberriesgos), impago de clientes (seguro de crédito), etc.

Incremento de costes

“La facturación de la transformación de plásticos supera los 17.000 millones de euros anuales. En cuanto al crecimiento de 2022, el índice de producción industrial al final del tercer trimestre indicaba un incremento del 2,6% frente al mismo periodo del año anterior. Este crecimiento se puede haber visto ralentizado durante el último trimestre”, afirma Luis Cediel, director general de ANAIP.

De esta forma, el sector está empezando a recuperar el ritmo previo a la pandemia, aunque el pasado año también tuvo que hacer frente a obstáculos como el encarecimiento de las materias primas. “Las empresas llevan tiempo enfrentándose a una importante crisis de materias primas que empezó a finales de 2020 y que se produjo por un aumento alarmante de declaraciones de fuerza mayor por parte de los fabricantes de materias primas. La situación provocó subidas de precios de los polímeros sin precedentes y dificultad de acceso a algunos de ellos”, aclara.

La respuesta por parte de la asociación no se hizo esperar. “Empezamos a pensar en cómo ayudar a nuestros asociados ante este tipo de eventualidades y el resultado fue la puesta en marcha de nuestro Sistema de Alerta Temprana (SAT), un servicio que consiste en informes mensuales por materiales para estudiar la evolución de los precios y anticiparnos a posibles crisis de precios y disponibilidad. Este servicio, que ya estaba disponible para el polietileno (PE) y el polipropileno (PP), lo hemos ampliado hace poco a nuevos materiales: policloruro de vinilo (PVC), poliestireno expandido (EPS) y poliestireno (PS)”, detalla.

La invasión de Ucrania por Rusia también está repercutiendo en el sector, especialmente por el encarecimiento de los costes de la energía, además del citado incremento de precios de las materias primas. “Aquellos fabricantes que mantengan relaciones comerciales con Ucrania o Rusia seguro que han tenido incidencias importantes. Pero este año, sin duda, el coste de la energía es el factor que más ha alterado las cuentas de resultados de nuestros fabricantes y que se verá reflejado en unos resultados menores de los previstos en presupuestos”, advierte Cediel.

Un material insustituible

El plástico ha tenido que lidiar tradicionalmente con una imagen poco favorable cuando se habla de sostenibilidad. Sin embargo, la industria defiende su uso y discute algunos de los argumentos que se suelen esgrimir en contra de la utilización de estos materiales. “Los plásticos son esenciales en multitud de aplicaciones y, si nos basamos en el análisis de ciclo de vida, son la solución más sostenible en la mayoría de los casos. La industria lleva años aplicando el ecodiseño para conseguir productos más sostenibles a lo largo de todo su ciclo de vida, desde su producción hasta la gestión del fin de vida, pero que ofrezcan las mismas funcionalidades y ventajas de siempre. Y si hablamos de reutilización, son los materiales que más posibilidades ofrecen. Además, la industria está trabajando en normas para poner en el mercado envases con todas las garantías para su reutilización, cumpliendo unos criterios que otros materiales están lejos de ofrecer, ya sea por la imposibilidad de superar un proceso de lavado o por el alto coste energético de su limpieza y transporte”, afirma Luis Cediel (ANAIP).

Además, destaca que el uso de plásticos en aplicaciones como la construcción, el transporte, la agricultura o el packaging puede ayudar al ahorro y a la eficiencia energética. “Por ejemplo, el uso de materiales plásticos para aislar edificios y viviendas permite optimizar su consumo energético. En el transporte, los elementos plásticos que se utilizan tanto en coches como en aviones han conseguido reducir notablemente su peso y consumir menos combustible. Un coche actual tiene de media un 15% de componentes plásticos, lo que permite ahorrar 750 litros de combustible en 150.000 kilómetros. Otro ejemplo son los envases plásticos. No sólo permiten utilizar menor cantidad de materia prima para envasar la misma cantidad de productos, sino que la ligereza de estos envases permite reducir la cantidad de viajes necesarios para su transporte”, detalla.

“Nos parece muy importante que las compañías de esta industria sigan trabajando junto a las asociaciones de la cadena de valor para dar a conocer los plásticos a la sociedad, transmitir sus beneficios y sus funcionalidades y explicar por qué son insustituibles en la mayoría de las aplicaciones”, concluye.

Impuesto al plástico

Con la vista puesta en el presente ejercicio, el sector se enfrenta a varios desafíos. En primer lugar, deberá lidiar con el actual entorno de incertidumbre, que afecta a toda la economía. Pero también se encuentra ante retos específicos del sector, como los posibles efectos de la aplicación del nuevo impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables, que entró en vigor desde el pasado 1 de enero. 

“Todavía es pronto para tener información real sobre cómo está afectando a nuestras empresas la entrada en vigor del impuesto. Hemos empezado a verlo en los supermercados y en algunos sectores, como los olivareros, que han expresado que la llegada del impuesto les ha obligado a repercutirlo en sus precios y que eso ha hecho que no se note la bajada del IVA”, señala el director general de ANAIP.

Además, indica que “es un impuesto muy complejo de aplicar”, por lo que no está resultando fácil adaptarse al mismo. “Por eso, desde nuestra asociación, y desde muchas otras de sectores como la distribución, la alimentación y las bebidas, la perfumería y la cosmética, etc., habíamos pedido retrasarlo un año para dar tiempo a las empresas a adaptarse”, declara. 

Sin embargo, su petición no fue escuchada, por lo que la asociación está acompañando a sus miembros en esta transición. “Estamos trabajando intensamente para apoyar a nuestros asociados y resolver las dudas que tengan al respecto. Desde el año pasado, tenemos en marcha un servicio de asesoramiento y sus responsables resuelven las dudas de los asociados y están en contacto constante con el Ministerio de Hacienda para plantear todas las consultas”, explica Cediel.

Un sector con muchas ramificaciones

La industria de transformación de plásticos está compuesta por cuatro grandes grupos sectoriales: 

Envases y embalajes. En esta división se engloban las empresas dedicadas a la fabricación de film, bolsas, bandejas, envases alimentarios, cosméticos y productos de farmacia, bidones, sacos industriales, cajas para fruta, etc.

Construcción. Las compañías de este segmento producen geomembranas, láminas de impermeabilización, geotextiles, pantallas, mamparas, aislamientos térmicos y acústicos, perfiles para ventanas, persianas, barreras acústicas, paneles, revestimientos de suelo, tanques y depósitos, tuberías, cables, claraboyas, bovedillas, forjados, cubiertas, etc.

Agricultura. Las empresas de este grupo fabrican filmes para invernaderos, acolchados, túneles, filmes estirables para balas, ensilaje, redes y mallas, tuberías de riego, láminas de impermeabilización, etc.

Industria. Las compañías en esta división elaboran piezas para automoción, contenedores de residuos, mobiliario urbano y de ocio, planchas, material didáctico, carpetas, fundas, artículos de oficina, piezas técnicas, calzado de uso industrial, compuestos y masterbaches, reciclados, etc.

Reutilización, reciclaje y sostenibilidad

Otro desafío es la adaptación a los objetivos de reutilización y reciclaje incluidos en el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases. “Con su entrada en vigor, todos los fabricantes de productos tendrán que hacerse cargo de los residuos de los envases que pongan en el mercado y podrán hacerlo de forma individual o colectiva. Las empresas de los plásticos, hemos impulsado la creación de ENVALORA, un nuevo sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) para los envases industriales y comerciales de cualquier tipo de material”, especifica.

La sostenibilidad es otro de los retos de esta industria. “Las empresas de ANAIP trabajan en la transformación de plásticos para todo tipo de aplicaciones: construcción, agricultura, industria y envases y embalajes. Hay innovaciones y mejoras en todos estos segmentos. Por ejemplo, las empresas de envases y embalajes están trabajando mucho en el ecodiseño, para utilizar la menor cantidad de material y ofrecer productos con las mismas funcionalidades o incluso más que siempre. También se está trabajando mucho en el desarrollo de envases y productos reutilizables. Otra de las áreas en las que más está trabajando la industria en los últimos años es en la incorporación de material reciclado a los productos plásticos, para impulsar su uso y mejorar su calidad”, puntualiza el director general de la asociación.

Asimismo, resalta que las empresas del sector “tienen que seguir trabajando en favor de la circularidad y la sostenibilidad, no sólo para adaptarse a la nueva legislación, sino también a las demandas de los consumidores”.