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CLAVES DE 2023:
El cambio climático y su lucha contra él se ha convertido en una necesidad de la que los países desarrollados tienen la obligación de abanderar. Su influencia no solo afecta a factores como la propia supervivencia de la especie humana o de la fauna y flora, sino también a la marcha de la economía global. Y el seguro, como pata fundamental de la macroeconomía mundial no es ajeno a ello.
José Luis Sierra
La propia idiosincrasia del Seguro provoca que el análisis, conocimiento y predicción de factores como las condiciones climáticas adversas sea un elemento clave en el negocio asegurador. Y gracias al estudio de todo ello, entre otras cosas, se está comprobando que la naturaleza experimenta día a día un importante deterioro que repercute, como no podía ser de otra forma, en las cuentas de resultado de las aseguradoras.
La sucesión con mayor frecuencia de fenómenos atmosféricos que hasta ahora se producían de forma espaciada y anómala obliga al sector a rediseñar sus bases actuariales para adecuarlas a la nueva situación. Una adaptación que debe ir más allá y dotarla, entre otras cosas, del compromiso social que el Seguro siempre ha demostrado.
Pero no todo es negativo. Reconociendo, por supuesto, las drásticas consecuencias que los fenómenos naturales causan a nuestro entorno y convivencia, también los riesgos asociados al cambio climático podrían llegar a representar un volumen de primas para el sector asegurador global de 183.000 millones de dólares en 2040. Según el informe ‘El sector seguros en 2025 y más allá’, elaborado por PwC, la mayor parte de esta cantidad correspondería a primas de Multirriesgos, principalmente de Hogar, para coberturas como inundaciones, terremotos u otros eventos meteorológicos extremos, como tormentas o incendios.
“El problema es complejo”, reconoce Santiago Arechaga, CEO de Swiss Re Iberia. El cambio climático está aumentando los riesgos, con cambios en los patrones de lluvia y temperatura que tienen un claro impacto sobre los ecosistemas, con graves consecuencias indirectas sobre la economía y el bienestar de la población, además de generar muchas pérdidas directas sobre los activos sociales.
“La sociedad en su conjunto tiene sin duda mucho que aportar para minimizar el impacto de estos acontecimientos, pero el reaseguro es también una herramienta importante, ya que su papel es amortiguar los daños y ayudar a los afectados a recuperarse lo antes posible”, defiende el directivo. También genera conocimiento para el conjunto de la sociedad, ya que invierte en investigación para hacer más predecibles los riesgos, y la información obtenida de su actividad apoya la innovación en la búsqueda de soluciones.
Santiago Arechaga
“El reaseguro es una herramienta importante, ya que su papel es amortiguar los daños y ayudar a los afectados a recuperarse lo antes posible”
La exposición al riesgo de catástrofes naturales no deja de aumentar en todo el mundo. Según el Swiss Re Institute, el año pasado, el huracán Ian y otros fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas invernales en Europa, inundaciones en Australia y Sudáfrica, así como granizadas en Francia y Estados Unidos, causaron unas pérdidas aseguradas por catástrofes naturales estimadas en 115.000 millones de dólares. De hecho, fue el segundo año consecutivo en el que las pérdidas aseguradas estimadas superaron los 100.000 millones de dólares, continuando la tendencia de un aumento medio anual del 5-7% durante la última década. Se espera que el sector del reaseguro cubra aproximadamente el 45% de las pérdidas económicas, lo que indica un gran déficit de protección en todo el mundo.
Estas son las consecuencias directas de las catástrofes, lo que se conoce como riesgo físico. Si tenemos en cuenta los costes de transición asociados a la transformación hacia una economía más sostenible el impacto es mayor, algunos estudios -como el de CRO Forum- lo sitúan entre el 10% y el 13% del PIB mundial en 100 años. Pero hay que decir que el nivel de incertidumbre es muy alto en estas predicciones.
Según la ONU, las principales consecuencias del cambio climático a las que se enfrenta la humanidad son:
Es difícil hablar de aspectos positivos cuando estamos hablando de algo que tiene consecuencias negativas para la economía en su conjunto, pero lo que está claro es que este hecho negativo para la sociedad pone de relieve el principal objetivo del sector asegurador, que es aumentar la capacidad de resistencia de particulares y empresas en el momento en que más lo necesitan. El aumento del volumen total de siniestros como consecuencia de la mayor frecuencia y gravedad de las catástrofes naturales no es una sorpresa, ni algo a lo que no podamos hacer frente en general, pero sí nos obliga a adaptarnos a las nuevas tendencias. “El sector del reaseguro, en particular, se considera muy resistente a la hora de adaptarse, innovar y amortiguar estos daños”, afirma Arechaga. Por otro lado, añade, “es lógico pensar que cuando los riesgos crecen, las primas de seguros también lo harán para ser sostenibles”.
Aunque el cambio climático es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos, también es una oportunidad para innovar en todos los ámbitos, y los seguros no son una excepción: habrá una mayor demanda de productos que se adapten a los riesgos actuales.
Todo ello no hace sino demostrar la importante contribución que la transferencia de riesgos hace a la sociedad como figura que aporta garantías y tranquilidad a todos.
Tim Jehnichen
“Tanto los gobiernos, como las empresas y la sociedad tenemos que tomar medidas más audaces para lograr el objetivo de 2°C”
“El cambio climático es un hecho”, indica Tim Jehnichen, presidente ejecutivo de Munich Re. “Un hecho basado en la ciencia, ampliamente aceptado, y principalmente el resultado de la actividad humana. El consenso entre los científicos es que la emisión de gases de efecto invernadero causada por la humanidad, desde la industrialización, es el principal factor de aumento de las temperaturas en la atmósfera y los océanos”, explica.
Este aumento de las temperaturas puede conducir a fenómenos meteorológicos más frecuentes e intensos y, por lo tanto, a mayores pérdidas.
La acción para hacer frente al cambio climático es inevitable. Tanto los gobiernos, como las empresas y la sociedad tenemos que tomar medidas más audaces para lograr el objetivo de 2°C. ¿Cómo podemos actuar?:
Entre las conclusiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), celebrada hace escasamente un año, quedó patente que la transición hacia una economía sostenible está también llena de oportunidades para el sector asegurador. En ese sentido, ¿qué pueden hacer las aseguradoras para liderar y capitalizar esta transición?
La industria aseguradora debe observar y analizar cuidadosamente los riesgos y sus cambios a lo largo del tiempo. De esta forma podrá identificar los efectos y las tendencias a largo plazo de la influencia del cambio climático, para cuantificarlo y, posteriormente, tenerlo en cuenta para una fijación de precios adecuada al riesgo.
“Desarrollamos nuevos negocios a partir de la cobertura de riesgos en el sector de las energías renovables, donde ya disfrutamos de una posición de liderazgo en coberturas de rendimiento para energía eólica, fotovoltaica y almacenamiento de baterías”, concluye el directivo.