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Juan Manuel Blanco
Director Editorial de INESE
@JuanMaBlancoG
Sigo sin entender que el sector no tenga suficiente sensibilidad con sus proveedores. Máxime tras un ejercicio es cierto que con mayor siniestralidad, pero en general con buenos resultados. No se puede defender que uno es adalid de la sostenibilidad y que se preocupa como nadie por la sociedad y sus ciudadanos y, a la vez, maltratar a quienes prestan los servicios a los asegurados, es decir, a quienes te solucionan los problemas.
Siguen pasando los meses y la situación de la que ya me hacía eco hace medio año, que afecta a los profesionales de la medicina privada, a los talleres de reparación y a los peritos, entre otros colectivos profesionales, perdura, aunque con algunos ‘brotes verdes’.
No es de extrañar denuncias como la de los talleres de carrocería murcianos, destacando que las aseguradoras les pagan casi 12 euros menos por hora de su coste de mano de obra; avalada además por las patronales Cetraa y Conepa, que incluso han pedido a los presidentes de las compañías líderes en Autos que, en 2 o 3 años, corrijan la pérdida de poder adquisitivo de los talleres derivada de la subida del IPC (cabe recordar que del 5,7% en 2022). Y han logrado el primer ‘brote verde’: Mutua Madrileña ya ha informado que, desde el 1 de abril, actualizará en un 4,2% el precio/hora para los talleres, según Asetra y Natram, que detallan que, con este aumento, la subida media de la mutua de los tres últimos años se situó en el 9,2%. Además, la aseguradora ha aceptado incrementos entre el 6% y el 9% en diversos materiales.
Los peritos buscan un eco similar, como ha demostrado Apcas, solicitando una actualización “urgente” de los baremos de honorarios periciales y de servicios que aplican las entidades aseguradoras “a la realidad actual del mercado”. Destacan que, después de muchos años sin revisión, ni tan siquiera se han contemplado actualizaciones cercanas al incremento del IPC, “mientras que los gastos de la actividad pericial no han dejado de subir progresivamente junto con el aumento de las gestiones administrativas trasladadas por las aseguradoras a este colectivo haciéndose cada vez más insostenible e inviable una actuación pericial de calidad”.
Sus reivindicaciones van en la misma línea de las de los médicos privados, que se quejan de baremos congelados desde hace años y de tarifas por consulta irrisorias. Los paros ya realizados y la suspensión de miles de consultas parecen dar sus primeros frutos: dejando aparte lo denunciado por el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña hace unos días por un caso entiendo que puntual de Sanitas y Generali, al parecer las líderes del ramo se han comprometido a estudiar las propuestas de mejora. De verdad, ¿teníamos que llegar al límite para reaccionar?
Y ello mientras, en el mercado, se conocen pautas de comportamientos con otras organizaciones, algunas relacionadas con el mundo de la correduría de seguros, que claman al cielo. Y no me refiero a los prohibidos viajes de incentivos sino a subvenciones o préstamos a fondo perdido, a viajes y actividades sufragadas mientras se presume de independencia o hasta promociones comerciales inexistentes para justificar determinadas partidas. Gracias a Dios, son los menos.
Como decía, debemos hacer y cuidar más. Al menos por una cuestión de sensibilidad.