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Vicente Luis Díaz Pedraza
Economista
La entrada en vigor el 1 de enero de 2016 de la Directiva Europea Solvencia II creó un entorno legal que propiciaba la futura unión de aseguradoras, vía fusiones y absorciones. Antes de esa fecha, los máximos responsables de las compañías líderes reconocían estar a la espera de oportunidades de crecimiento inorgánico, si los nuevos requisitos económicos exigidos ponían sobre la mesa ofertas de venta en el sector. Desde ese año hasta la actualidad se han producido numerosas operaciones corporativas, dentro de un proceso que sin duda va a continuar. ¿Qué está ocurriendo en Decesos?
El ramo tiene un alto grado de atomización, con bastantes compañías familiares, pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas muy rentables y solventes. En los procesos de concentración hasta la fecha desarrollados en este ramo concurren otras variables, que van más allá de la rentabilidad económica. Las empresas especializadas líderes en Decesos observan expectantes la llegada de otros operadores, como la banca y nuevos actores ajenos al ámbito de los seguros llegados desde el mundo online, como Amazon o Google. También está aumentando la competencia de aseguradoras generalistas que han apostado en los últimos años por comenzar a operar en un segmento de pólizas muy rentables y aún con gran recorrido de crecimiento o que han optado por comprar compañías especializadas en este ramo para crecer en volumen y diversificar su actividad.
En Decesos, la interrelación entre las actividades aseguradora y funeraria es indiscutible. Alrededor del 60% de los funerales que se celebran al año en España están asegurados. Se estima que el 45,64% de la población española dispone de un seguro de decesos y que el ramo genera al año alrededor de 2.500 millones de euros, siendo el más extendido tras el seguro del automóvil.
Funerarias y Decesos son así sectores dependientes y complementarios, de tal forma que sería difícil pensar en un funcionamiento óptimo de las aseguradoras sin la respuesta adecuada de las empresas funerarias y viceversa. Esta interrelación se hizo aún mayor con la Ley 20/2015, de 14 de julio, de Ordenación, Supervisión y Solvencia de las Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras, que dice de forma explícita, en el artículo 106 bis, que el asegurador de decesos se obliga a prestar los servicios funerarios pactados en la póliza. En consecuencia, en Decesos, la compañía aseguradora tiene que garantizar la prestación de los servicios, lo que le obliga a organizar sus procesos productivos buscando objetivos como la calidad, la satisfacción del cliente, la optimización de costes y la productividad. Tiene que garantizar el derecho del asegurado a la prestación del servicio funerario por medios ajenos o propios.
Para las aseguradoras los beneficios de la integración vertical con empresas funerarias son, además del control de costes; el control de la calidad y la garantía total de la prestación del servicio. Con esa convicción, las grandes aseguradoras valoran la adquisición de empresas de servicios funerarios. El interés de las compañías de seguros de Decesos por estos proveedores también responde al objetivo de lograr estabilidad en el status quo del mercado funerario. No olvidemos que, en la historia reciente, ha habido intentos de inversores extranjeros de tomar posiciones de control en él, que finalmente han abandonado.
Un buen ejemplo reciente lo tenemos en lo acaecido con el fondo británico 3i, que aterrizó en el negocio funerario en España cuando el Ayuntamiento de Barcelona decidió, en 1998, privatizar una parte de Serveis Funeraris de Barcelona (SFB). Tras esta primera inversión, vinieron otras que finalmente llevaron a la creación del Grupo de Servicios Funerarios Mémora. En 2017, el fondo canadiense Ontario Teacher’s Pension Plan compró Mémora al fondo británico 3i Group; apenas cinco años después, este mes de julio, la propiedad pasa a Grupo Catalana Occidente, que se posiciona así como líder de servicios funerarios. Un crecimiento inorgánico con el que diversifica su actividad dentro de un sector que muestra grandes sinergias con su negocio tradicional de Decesos.
¿Qué razones impulsan este proceso? Dos fundamentales: la rentabilidad del sector funerario y el mantenimiento del equilibrio competitivo existente. Son las dos claves que llevan a las aseguradoras de Decesos a replantearse nuevas estrategias que les hagan más fuertes.
Por eso, las empresas líderes del sector de Decesos tratan de garantizarse un mayor control del sector funerario, vía nuevas compras.
Este mejor posicionamiento les permite además no solo seguir siendo diferentes sino tener la posibilidad de evolucionar la prestación por sí mismas. Todo apunta por ello que la búsqueda de activos para ganar peso al respecto continuará en los próximos años; es decir, el proceso de consolidación no ha hecho más que empezar.
El sector cada vez está más concentrado. De hecho, 5 empresas con implantación nacional -Mémora, Albia, Funespaña, Servisa y Asv, según Panasef (Asociación Nacional Servicios Funerarios)- se reparten aproximadamente la mitad del mercado; el otro 50% se distribuye entre las 1.071 restantes, casi todas microempresas con implantación muy local o regional. Vamos a analizar las 5 líderes:
Propiedad de Catalana Occidente (grupo con una cuota cercana al 6% en el ramo de Decesos), sus cifras clave son: 165 millones de euros de facturación (dato de 2019), casi 46.000 servicios anuales, alrededor de 1.400 empleados, 136 tanatorios, 34 crematorios y 35 cementerios.
(Fuentes: Funos, últimos informes anuales de las empresas citadas, datos depositados en el Registro Mercantil 2019 y 2020, e ICEA – Ranking Seguro de Decesos 2019)