Cómo aprovechar las redes sociales

Ignacio López
Secretario General de Divina Seguros

Antes de ayer las redes sociales eran una quimera, un invento de unos amigos, tal y como relata la película de 2010 ‘La Red Social’. Hoy son una vía de comunicación que ha supuesto que las empresas tengamos un arma de doble filo. 

Hay que imaginar lo que les hubiese gustado a nuestros padres, o mejor dicho, a nuestros padres empresarios, poder tener una vía de comunicación directa con sus clientes e incluso, ampliando el concepto, una vía de comunicación con toda la sociedad. Pero claro, como se suele decir, nada es gratis y esta fenomenal llegada, este escaparate directo a las casas de nuestros clientes, tiene un lado menos amigable.

Las posibilidades de este medio para mostrarnos son innumerables y su aplicación, a mi modo de ver, está en un primer desarrollo. Los teléfonos inteligentes llevan hasta el bolsillo de nuestros clientes innumerables plataformas para resolver sus necesidades a un “clic” de distancia y ahí deben encontrarnos, dispuestos para satisfacer sus urgencias o anticiparnos a ellas. La comunicación es fluida, pero estamos ante una vía de doble dirección y, a veces, podemos sentir que conducimos en dirección contraria.

El anonimato y el sentido de impunidad hace que en ocasiones nos lleguen críticas y que casi no sepamos por dónde vienen. Invertimos en barrer las redes buscando menciones y nuestros perfiles se han convertido en una puerta de emergencia para nuestros clientes. Por eso es imprescindible tener pensadas estrategias ante una crisis reputacional. Lo que empieza por una pequeña crítica puede devenir en un aluvión y eso, en este mundo global, no nos lo podemos permitir.

Al hilo de las redes sociales otra cuestión que siempre nos planteamos en las empresas del sector seguros es cómo conectar con los jóvenes. La vida adulta te lleva a la necesidad de asegurar cosas o personas y cuando llegue ese momento debemos estar lo más cerca posible, y claro la vía de acceso podría ser de nuevo las redes sociales. 

Pero como suele ocurrir en todos los órdenes de la vida, nada es tan sencillo y se abre ante nosotros un sinfín de variedades que segmentan los públicos a los que pretendemos dirigirnos: los blogs, donde mostrarnos consejeros no polemistas; las redes profesionales, donde sacar pecho pero donde también merodean algunos terrenos resbaladizos; los foros, terreno aún más peligroso si cabe, trinos donde abundan más las onomatopeyas que la corrección; lugares para compartir fotos y videos, normalmente más amigables; redes sociales como la que mencionábamos al principio vía su película, que ha sufrido un proceso de envejecimiento acentuado, e incluso mundos virtuales donde abrir una tienda, con el riesgo de ser poco visitada. 

Pero en esta maraña dónde están los jóvenes, pues siempre están un paso por delante. Cuando creamos perfiles serios, ellos se han ido a Tik Tok; cuando patrocinamos un deporte, ellos ven la Kings League; cuando descartamos las carreras por elitistas, ellos saben cuándo hay que utilizar neumáticos medios. ¿Qué quiere decir todo esto? Que, desde mi punto de vista, con los jóvenes debemos aplicar una estrategia de dejarnos ver y que nos conozcan para cuando puedan ser clientes y ,sobre todo, tener cerca, en tu equipo, personas que formen parte de ese colectivo y sean capaces de hacer que no lleguemos demasiado tarde.

A modo de conclusión las redes sociales son una vía de comunicación donde debemos estar, donde deben encontramos nuestros clientes, potenciales o reales, y donde tenemos que mostrar lo mejor de nosotros, con honestidad y empatía. Hoy por hoy debemos aprovechar que las redes dejan segmentar nuestros mensajes, lo cual nos proporciona más herramientas para comunicar e incluso convencer.