Las cosas bien claras

Óscar Bustos
Director gerente del Pool de RC de Corredores

Hace unas semanas tuvimos la desgracia de vivir un muy trágico suceso: el incendio de Valencia. A todos los que estamos en el sector nos surgieron entonces muchas preguntas sobre coberturas, límites, etc., y estoy convencido que ha ocurrido lo mismo, también, en multitud de conversaciones en nuestros lugares de trabajo. Ha habido tambien esa cierta incertidumbre, preguntas sobre los capitales asegurados y coberturas de sus pólizas de hogar, etc.; os lo puedo asegurar porque lo he vivido en mis carnes.

Todo esto me ha hecho plantearme algunas reflexiones.

La primera: es fundamental que el asegurado dedique tiempo y reflexiones para tener el más amplio conocimiento del riesgo a asegurar. Aquí es indispensable conocer, desde todos los puntos de vista posibles, el riesgo a asegurar. Y surge otra pregunta: ¿hemos mal educado a los posibles asegurados en este aspecto?  Esto da para otro artículo.

Pero, justo después, cabe preguntarse ¿qué datos son los necesarios para poder contratar el seguro que cubra los riesgos con todas las garantías de hacerlo bien? Sin duda, la aseguradora es quien primero valora cuáles son los datos necesarios para un correcto analisis del riesgo y posterior propuesta de seguro, tanto a nivel de coberturas como de límites. Pero, en medio del proceso, surge la figura del “traductor” de todo esto, del pegamento de la relación aseguradora, y que no es otro que el mediador de seguros.

El mediador es la figura que tiene que orientar y entender las necesidades que le traslada su cliente pare definir el riesgo a asegurar. Porque no debemos olvidar, como detalla la normativa, que la labor del mediador es, partiendo de la información facilitada por el cliente, asesorarle y proponerle el producto que mejor se adecue al riesgo a asegurar y a las necesidades de su cliente. Y todo esto para que la aseguradora tenga la información necesaria, que recordemos, y esto es muy importante, ésta solicita para poder valorar y posteriormente asegurar el riesgo.

Aquí es donde surge una de cuestiones más comentadas en las últimas semanas, ¿qué pasa cuando se produce un infraseguro? ¿Quién es el responsable?

Papel real del mediador

Me voy a centrar en la figura del mediador. Él es quien tiene que, según las necesidades de aseguramiento que le traslada su cliente y los requerimientos de información de la compañía, tener la capacidad de aunar estas dos necesidades para desembocar en una póliza de seguro. Ahora, ¿debe el mediador valorar los riesgos que tiene su cliente en función de su situación personal o de la actividad que desarrolle? La respuesta es rotunda: NO. El mediador no es un gerente de riesgos. Esa actividad profesional, que trasciende al Seguro, está fuera de la actividad de Mediación y, guste o no, para el mediador de seguros es fundamental y básico tenerlo en cuenta. 

El mediador debe explicar a su cliente, cuando está respondiendo a las cuestiones planteadas por la compañía, que las respuestas que se trasladen deben adecuarse a la realidad del riesgo para evitar problemas, como puede ser el infraseguro. Pero no es el mediador quien debe definir estas cuestiones sobre el riesgo. Una pregunta reiterada en las jornadas que hacemos desde el Pool es si el mediador debe o no valorar un inmueble, el contenido de una vivienda o empresa, nave industrial, etc.; la respuesta es también: NO. El mediador tampoco no es un perito. El cliente o la aseguradora son quienes deben hacer esta definición; el mediador puede orientar, canalizar, acompañar en el proceso de análisis, pero no definir. 

El mediador de seguros es mediador de seguros, que no es poco, y todas las partes del proceso asegurador, asegurado, aseguradora y mediador, deben tener claro su papel en el mismo y asumir sus obligaciones y derechos en aras a un perfecto aseguramiento de los riesgos y evitar incidencias futuras en caso de siniestros.

Si cada parte del proceso asegurador, asegurado, mediador y compañía, realizan las acciones propias de su posición, el resultado será una sinfonía perfecta, si no es así… cuidado.