¿La edad es un problema?

Sofia Amorim
Sales & Marketing Director

La longevidad de las empresas es un reto constante en el competitivo mercado actual. Pero, al fin y al cabo, ¿cuáles son los factores que realmente determinan si una empresa resistirá la prueba del tiempo?

Las empresas, al igual que los seres humanos, atraviesan ciclos de vida que incluyen nacimiento, crecimiento, madurez, envejecimiento y, eventualmente, desaparición o extinción. La duración de este ciclo puede variar significativamente, dependiendo de diversos factores, como el momento en que la empresa entra en el mercado y la aceptación de sus productos o servicios por parte de los clientes.

Kongō Gumi, fundada en el año 578 d.C. en Japón, es la empresa en activo más antigua del mundo, especializada en la construcción y restauración de templos.

Aunque están lejos del récord de longevidad de Kongō Gumi, empresas como Coca-Cola, fundada en 1886, y Polaroid, creada en 1937, ilustran perfectamente el impacto de la capacidad de adaptación. Coca-Cola diversificó su oferta en respuesta a las nuevas demandas de los consumidores; Polaroid se reinventó, aprovechando la nostalgia del estilo retro para volver al mercado.

El sector asegurador también cuenta con ejemplos muy interesantes de longevidad. Lloyd’s of London es la aseguradora en activo más antigua, creada en 1688, seguida de Royal Exchange Assurance, también del Reino Unido, fundada en 1720. En tercer lugar, aparece una empresa ibérica, concretamente de Portugal: Fidelidade, fundada en 1808.

Sin embargo, la práctica de la mutualidad, uno de los principios fundamentales del seguro, se remonta aproximadamente al año 2250 a.C. en Mesopotamia, donde los conductores de caravanas firmaban acuerdos para reemplazar los animales perdidos. Y el primer contrato de seguro en el sentido moderno fue firmado en 1347 en Génova, Italia, para el transporte marítimo. Es, por tanto, un sector que acompaña a sus clientes desde hace muchísimos años…

¿Y en el sector tecnológico? Ahí, la longevidad se vuelve aún más desafiante. La constante aceleración impone una exigencia brutal: innovar o desaparecer.

Es en este contexto donde empresas como Cleva, con 40 años de historia, se enfrentan a un gran reto: mantenerse competitivas e innovadoras en un mercado altamente dinámico y en constante transformación.

Cleva ha sabido combinar la solidez de la experiencia con una estrategia clara de transformación. Su apuesta constante por tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la automatización, ha ido acompañada de una inversión igualmente estratégica en las personas y en el conocimiento.

Este equilibrio entre tecnología y talento es lo que proporciona a Cleva la agilidad necesaria para anticiparse a las tendencias y responder con soluciones que marcan la diferencia, lo que le permite mantenerse a la vanguardia de la innovación en el sector asegurador.

La innovación en Cleva no ocurre por casualidad: es el resultado de una cultura basada en el conocimiento, la formación continua y una fuerte cercanía con el negocio de sus clientes. En un sector como el asegurador, donde la complejidad crece al ritmo de la regulación y de las exigencias de los consumidores, Cleva conoce el negocio, domina la tecnología e invierte en las personas. Y eso marca la diferencia.

Es esta visión, respaldada por 40 años de experiencia y un compromiso diario con la evolución, lo que mantiene a la empresa en la primera línea de la innovación del sector asegurador. Con cuatro décadas de historia y la mirada puesta en el futuro, Cleva demuestra que la edad no es un problema; de hecho, es una ventaja competitiva.