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Las estaciones de servicio son una pieza fundamental en el engranaje de cualquier economía. Para entender el papel que desempeña este sector tan sólo tenemos que pensar en el nerviosismo que generan cuanto se produce cualquier circunstancia que amenaza puntualmente el suministro de carburante y combustible.
Metafórica y casi literalmente, se puede decir que las gasolineras ponen en marcha el motor de la economía. Desde los transportistas, agricultores y comerciales hasta quienes van a trabajar a su oficina o los padres que llevan a sus hijos al colegio cada mañana, todos necesitamos que el suministro de carburante y combustible esté garantizado.
En nuestro país, dicho abastecimiento está asegurado por una red de alrededor de 12.000 estaciones de servicio y que no para de crecer. De hecho, el número de gasolineras se ha incrementado más de un 15% en la última década, desde los 10.424 establecimientos que existían en 2012. Y lo ha hecho a pesar del parón que se vivió durante la pandemia.
El principal operador en nuestro país es Repsol, ya que controla una de cada cuatro estaciones de servicio, según los datos de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). Muy lejos de ella se sitúan Cepsa (12%) y BP (6,5%).
Esa amplia red de gasolineras también destaca por el empleo que genera a lo largo y ancho de la geografía española, dando trabajo a unas 60.000 personas. Cabe destacar que la ocupación en el sector creció un 2% en 2022, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
También debemos tener en cuenta el rol que juegan las estaciones de servicio en el sostenimiento del estado de bienestar, gracias a los impuestos que gravan a los carburantes y combustibles. Según los datos del último Informe Anual de Recaudación Tributaria, en 2021 se recaudaron 11.492 millones de euros a través del Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH), un 11,3% más que en el año anterior, aunque muy por debajo de los registros de 2019 (12.264 millones). En noviembre de 2022, todavía con un mes por delante, los ingresos ascendían a 11.126 millones, un 5,9% más que de enero a noviembre del ejercicio precio.
A esta cifra habría sumar la recaudación del IVA aplicado a los combustibles y carburantes. La AOP indica que en 2021 se ingresaron más de 7.000 millones de euros en las arcas pública gracias a este impuesto.
El sector de la venta al por menor de combustibles y carburantes se muestra conforme con la cobertura que recibe del Seguro. Al menos ésta es la postura que manifiesta Aevecar. “Hay suficientes empresas que ofrecen las garantías necesarias para asegurar los riesgos de la explotación de una estación de servicio. No creo que exista ningún problema al respecto”, afirma el secretario general de la asociación.
También están satisfechos ante la respuesta recibida en caso de sufrir un siniestro. “Lo importante es tener las coberturas bien cuantificadas y el seguro claro en lo que a coberturas se refiere. Si esto está bien hecho, los siniestros generalmente se resuelven bien”, señala.
Además, el sector no detecta un incremento importante en las primas, pese al actual contexto inflacionario. “No tengo noticias de subidas importantes de precios. Quizá en lo referente a responsabilidad civil sí se hayan subido las primas”, indica García Nebreda. En cuanto a las demandas del sector al Seguro, tan sólo apunta que “debe adaptarse a los cambios que se están produciendo en las propias instalaciones”.
Pese a las circunstancias tan complicadas con las que hubo de enfrentarse el sector el pasado año, el balance fue satisfactorio. Aunque la incertidumbre continúa arrojando sombras sobre el futuro. “Durante el año 2022, la venta mejoró algo con referencia al 2021, pero no alcanzó los niveles de antes de la pandemia. Seguramente, en esta mejora influyó de forma importante la ayuda de 20 céntimos por litro que el Gobierno puso en marcha, por lo que no sabemos si se mantendrán los niveles de venta en el futuro”, declara Víctor García Nebreda, secretario general de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar).
En cualquier caso, insiste en que “parece difícil que se puedan volver a alcanzar los niveles previos a la crisis generada por la COVID-”, afirma. De hecho, asegura que “no hemos vuelto aún a los niveles de venta del año 2007, antes de la crisis financiera”.
No obstante, cabe señalar que la facturación del sector incrementó sustancialmente, impulsada por el alza de los precios de combustibles y carburantes como consecuencia de la guerra de Ucrania. Así pues, si la facturación promedio diaria del sector se situaba en 23,4 millones de euros en enero de 2022, antes del inicio de la invasión rusa, el ejercicio concluyó con un promedio diario de 32,7 millones de euros, según los datos del informe de seguimiento de ventas interiores diarias del Servicio de Estudios de Tributos y Estadísticas de la Agencia Tributaria. El punto álgido se produjo en el mes de julio, cuando la cifra diaria se disparó hasta los 39,4 millones diarios.
Este año ha arrancado con una tendencia similar, con un promedio diario de 32,7 millones al día en febrero (+14,3% respecto a febrero de 2022) y de 30,2 millones diarios en los dos primeros meses del año.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que la venta a precios constantes de las estaciones de servicio, que descuenta los efectos de la inflación, creció de media un 12,7% en 2022, una vez corregidos los efectos estacionales y de calendario, según los datos del Índice de Comercio al por Menor (IMC).
La recuperación que se experimentó el pasado ejercicio también se tradujo en la reactivación de las aperturas de nuevas estaciones de servicio, tras el estancamiento que se vivió como consecuencia de la pandemia. “El número de estaciones aumentó ligeramente, aunque lo que han proliferado son las estaciones desatendidas, que ya suponen el 18% del total”, lamenta García Nebreda.
Víctor García Nebreda (Aevecar) reseña que los siniestros más costosos a los que pueden hacer frente las estaciones de servicio son los derivados de responsabilidad medioambiental. Afortunadamente, no son demasiado habituales. Los siniestros más comunes son los derivados de la explotación de túneles de lavado. Con el fin de mitigar éstos y otros riesgos, las estaciones de servicio deben contar con los siguientes seguros.
Todo riesgo de daños materiales. Ofrece cobertura ante los daños materiales causados por incendio, explosión, robo, riesgos de la naturaleza, daños por agua —rotura de instalaciones—, daños eléctricos, daños por humo, impacto de vehículos, etc. En este sector es especialmente relevante la cobertura de la rotura de depósitos de combustible y el derrame de líquidos, daños causados en surtidores o brazos de carga, etc.
También puede incluir garantías adicionales, como la interrupción de actividad o el fallo de suministro.
Responsabilidad Civil. La póliza contempla los daños a terceros que se deriven o surjan en sus instalaciones, dando cobertura ante posibles daños o lesiones que puedan sufrir los clientes, por ejemplo. Las estaciones de servicio también deben contar con un seguro de RC patronal que responda en caso de que los empleados sufran un accidente laboral. También habría que tener en cuenta la RC por daños causados en los motores por el suministro de combustible o carburante contaminado (agua, sedimentos, hongos, bacterias…).
Responsabilidad medioambiental. Las gasolineras han de contar con una garantía financiera obligatoria que permita afrontar la reparación de los daños medioambientales en caso de producirse. El seguro es una de las posibles fórmulas existentes para dar respuesta si se produce un siniestro de este tipo, incluyendo la RC por contaminación a bienes y personas o los gastos de descontaminación del suelo.
Además de la incertidumbre que generan la guerra de Ucrania y la evolución de la inflación, el sector de la venta al por menor de carburantes y combustibles contempla diversos retos en el horizonte. El más relevante es el fin de la producción de vehículos de combustión, que la Unión Europea ha fijado en el año 2035.
Hay que recordar que las estaciones de servicio que tuvieran ventas superiores a los 10 millones de litros de gasolina y gasóleo en 2019 están obligadas a instalar al menos un punto de recarga de potencia igual o superior a 150 kW. Esta medida afecta a más de 200 gasolineras. Igualmente, las estaciones de servicio con ventas superiores a 5 millones de litros de gasolinas y gasóleos en 2019 han de contar con un punto de recarga de potencia igual o superior a 50 kW, así como las estaciones de servicio con ventas inferiores a 5 millones de litros pero que lideren las ventas de las provincias, islas o ciudades autónomas en que se hallen, siempre que no haya gasolineras con ventas superiores a 5 millones de litros. Aquí se incluyen más de 800 gasolineras.
“Creo que la UE no está afrontando de una manera realista la descarbonización. De hecho, se está confundiendo descarbonizar con electrificar. Es evidente que la electricidad va a jugar un papel importante en la movilidad del futuro, pero también está claro que, por sí sola, no va a poder absorber la demanda del transporte”, declara García Nebreda.
Así pues, recuerda que “hay otras alternativas que no se están teniendo en cuenta, como los ‘ecocombustibles’. Se trata de combustibles líquidos de origen no fósil y que pueden producir el mismo efecto deseado de emisiones netas 0 para el 2050, pero sin tener que cambiar los coches ni crear redes inmensas de recarga eléctrica, que como se está demostrando que no son tan fáciles de llevar a efecto”.
En este sentido, reseña que “el motor de combustión, en sí mismo, no es contaminante, sino que lo que contamina es el combustible que use”. De esta forma, advierte que “si el combustible tiene emisiones netas 0, es igual de contaminante que el menos contaminante de los vehículos eléctricos”.
Otra opción de futuro es el hidrógeno, pero el secretario general de Aevecar considera que todavía no es una alternativa viable. “El hidrógeno aún está lejos de poderse utilizar de forma significativa en el transporte de vehículos. Como mucho, podrá utilizarse en el gran transporte de mercancías por carretera, ya que parece muy difícil poder electrificarlo”.
En cualquier caso, recalca que “habrá que ver qué pasa en 2026, cuando se revise la prohibición de fabricar motores de combustión y veamos qué decisiones se toman”.
El sector de los carburantes y combustibles es uno de los más directamente afectados por la invasión de Ucrania. “Está claro que la guerra de Ucrania supone un factor de inestabilidad importante y que, además, está creando una volatilidad en los precios y una inseguridad en los suministros. Afortunadamente, nuestro país tiene una gran capacidad de refino, por lo que no sólo tenemos garantizado que habrá producto, sino que además estamos exportando gasóleo y gasolina a los países de nuestro entorno europeo. Pero la inflación es una lacra enorme, por lo que supone de menor poder adquisitivo y de aumento de los gastos de explotación, en especial de los costes laborales”, remarca Víctor García Nebreda (Aevecar).
De este modo, confiesa que las perspectivas son “muy inciertas, porque no está claro cómo se va a comportar el mercado y tampoco si el poder adquisitivo de la familia media va a seguir menguando”.
La bonificación de 20 céntimos que concedió el Gobierno con el fin de paliar los efectos del alza de precios de combustibles y carburantes como consecuencia de la guerra de Ucrania supuso un alivio para los bolsillos de todos los españoles. Especialmente, para aquellos profesionales que dependen del vehículo para llevar a cabo su actividad diaria.
Sin embargo, esta bonificación fue retirada al inicio del presente ejercicio, prorrogándose únicamente para sector del transporte profesional por carretera.
Víctor García Nebreda (Aevecar) opina que aún es pronto para saber cómo afectará la retirada de dicha bonificación. “De momento, y contra pronóstico, los precios se están comportando bastante bien y el cliente está comprando incluso algo más barato de lo que lo hacía con la bonificación. Ya veremos si la tendencia cambia. En todo caso, las ventas están algo más bajas que el año anterior”, afirma.