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Emmanuel Djengue
Socio fundador de Kaatch - emmanuel@kaatch.com
Cuando hablo con responsables de Recursos Humanos (RRHH) de aseguradoras hay un patrón que se repite con demasiada frecuencia: la soledad. Y no hablo solo de quienes lideran un departamento entero siendo “equipo de una sola persona” para 200 empleados (que los hay, y muchos), sino también de profesionales que, incluso formando parte de equipos amplios, sienten que trabajan sin red.
El área de People —o como lo veniamos llamando, Recursos Humanos— vive hoy un momento de transformación profunda. Hemos pasado de ser percibidos como el “departamento blando” que gestionaba nóminas, vacaciones y despidos, a convertirnos en la columna vertebral de la cultura y la estrategia de talento. En un sector como el asegurador, donde la competencia por atraer y retener perfiles cualificados es cada vez más dura, este cambio no es menor. Sin embargo, junto con esta relevancia ha llegado también un reto: muchas veces, los profesionales de RRHH sienten que cuidan de todos… menos de sí mismos.
La paradoja de cuidar sin ser cuidado
La función de RRHH es, por definición, transversal. Estamos en todas partes y en ninguna. Mediamos conflictos, damos soporte a managers, diseñamos procesos de desarrollo, velamos por el cumplimiento normativo, y en paralelo tratamos de impulsar proyectos estratégicos que aseguren la sostenibilidad del talento. Y todo esto en un entorno cada vez más exigente, con la digitalización, la IA y las métricas presionando para demostrar impacto.
Pero, detrás de esa vorágine diaria, se esconde una paradoja: ¿quién cuida a quienes cuidan?.
He escuchado testimonios que impactan. Una directora de People en una aseguradora me confesaba que, tras liderar una reestructuración difícil —despidos incluidos—, lo que más le pesaba no era la carga técnica del proceso, sino el hecho de atravesar en paralelo una situación personal complicada y sentir que no podía mostrar vulnerabilidad. “Si yo me caigo, ¿quién sostiene al resto?”, me dijo.
Esa frase refleja lo que a menudo no se cuenta: el desgaste interno de un rol que se vive en silencio.
Tres características que explican esta soledad
Hay 3 particularidades que marcan la diferencia y explican por qué tantos profesionales de RRHH viven este aislamiento:
Impacto en el sector
En el sector este fenómeno es aún más evidente. Son organizaciones que históricamente han puesto el foco en el cliente y en el negocio, y solo en los últimos años han empezado a acelerar la transformación cultural y digital. Esto ha colocado a los equipos de RRHH en el centro de la estrategia… pero muchas veces sin darles el espacio y los recursos que necesitan para sostener esa responsabilidad.
Un ejemplo: conozco casos de profesionales de People que gestionan decenas de procesos de selección al año, mientras en paralelo deben liderar proyectos de diversidad, implementar nuevas plataformas digitales y atender a las necesidades de managers y equipos. El resultado es un nivel de sobrecarga que, de no atenderse, se traduce en rotación interna, frustración y, paradójicamente, en pérdida de talento precisamente en el área que debe cuidarlo.
¿Qué podemos hacer?
Romper con esta soledad no es sencillo, pero sí posible. Requiere, sobre todo, reconocer que no forma parte “natural” del rol y que existen alternativas. Algunas prácticas que he visto funcionar, y que me gusta recomendar, son:
Hacia una cultura de apoyo mutuo
Si de verdad queremos que los equipos de People sean sostenibles, necesitamos generar una cultura que legitime también su necesidad de apoyo. No podemos aspirar a que gestionen la complejidad humana de nuestras organizaciones mientras normalizamos que lo hagan en soledad.
En Seguros hablamos constantemente de protección, de anticiparnos a los riesgos, de ofrecer seguridad. Tal vez ha llegado el momento de aplicar esa misma lógica hacia dentro: cuidar de quienes cuidan.
No se trata de grandes programas ni de iniciativas complicadas. A veces basta con reconocer que los equipos de RRHH también necesitan un lugar propio, espacios de confianza y recursos adaptados a su realidad.
Reflexión final
En el sector, la innovación no solo pasa por lanzar nuevos productos o digitalizar procesos. Pasa también por repensar cómo sostenemos a los equipos que sostienen a la organización. La soledad de los profesionales de People no es un tema menor: es un riesgo estratégico que impacta en la capacidad de atraer, retener y desarrollar talento.
Y, como en todo riesgo, la mejor estrategia no es esperar a que se materialice, sino anticiparnos. Crear redes de apoyo, abrir conversaciones y dar a los profesionales de RRHH el espacio que merecen es, en el fondo, una inversión en la salud y la sostenibilidad de todo el sector.