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La contaminación del aire, las olas de calor, la propagación de enfermedades transmitidas por insectos o arácnidos son algunas de las consecuencias del cambio climático a las que ya nos estamos viendo expuestos y que impactan en el seguro de Salud.
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El cambio climático incide en nuestra salud de manera muy directa. El paulatino aumento de la temperatura del planeta y el aumento en la intensidad y frecuencia de las olas de calor causan estrés por calor, deshidratación, posibles insolaciones, etc. Asimismo, el aumento de la contaminación del aire agrava problemas respiratorios como el asma o las alergias, además de aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, el cambio en las condiciones climáticas produce variaciones en las migraciones de aves y favorece la creación de ecosistemas propicios para animales como los mosquitos o las garrapatas, transmisores de múltiples enfermedades, como dengue o zika. Igualmente, el aumento de la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos como huracanes e inundaciones hace que crezca el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua, como cólera, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea…
“El cambio climático es una amenaza para la salud a nivel global y no es un problema de generaciones futuras, sino que ya está sucediendo. Según la ONU, se prevé que, entre 2030 y 2050, el cambio climático causará al año unas 250.000 muertes. Cada año se registran temperaturas medias más altas y la salud de las personas está siendo y será afectada a través de impactos directos, como olas de calor/frío, tormentas e inundaciones; e impactos indirectos, como enfermedades de las vías respiratorias y las transmitidas por vectores, aumento de la prevalencia de enfermedades relacionadas con el clima como la enfermedad de Lyme, el dengue y la malaria, inseguridad alimentaria y del agua, enfermedades mentales, daño renal, daños en el aparato circulatorio, infertilidad y alergias agravadas”, declara Juan Sánchez, director de Transformación, Digitalización y Sostenibilidad de Aegon.
Frente a este escenario, considera que “el sector asegurador debe de actuar como colchón frente a escenarios de pérdidas”. “Ante un aumento de este tipo de riesgos, debe desplegar una estrategia dual para estar preparado. Por un lado, realizar una fuerte inversión en la prevención y estimación de riesgos; por otro lado, rediseñar y mejorar los mecanismos de cobertura y recuperación”, afirma tajantemente.
Silvia Agulló (DKV SEGUROS)
“Las entidades están atentas para identificar qué coberturas y, sobre todo, qué programas preventivos pueden ser objeto de inclusión para que tengan efectividad en los próximos ejercicios”.
Por ejemplo, indica que el Seguro debe tener en cuenta la inclusión de coberturas adicionales para enfermedades propiciadas por el cambio climático y coberturas para la salud mental y el bienestar emocional para combatir el estrés calórico. Además, apunta que “los desastres naturales, como inundaciones, huracanes y terremotos, pueden interrumpir el acceso a la atención médica y dañar la infraestructura médica”, por lo que remarca que las compañías de seguros habrán de estar “preparadas para enfrentar estos desafíos y que se garantice el acceso a los servicios sanitarios”. Por otra parte, hace hincapié en que “hay que ejercer una prevención activa”.
En el mismo sentido, Jaime Ortiz, director Comercial y de Marketing de Asisa, anticipa que “el cambio climático tiene un efecto directo sobre la salud de las personas que se traducirá a corto y medio plazo en un cambio en las coberturas ofrecidas por el seguro de Salud para adaptarlas a la realidad”. “Ese cambio se manifestará en una doble dirección. Por un lado, las aseguradoras incorporaremos nuevas coberturas para atender nuevas patologías vinculadas con el cambio climático, como algunas afecciones respiratorias, dermatológicas, etc. Por otro, tendremos que diseñar coberturas y exclusiones que tengan en cuenta situaciones sobrevenidas que no puedan ser previstas desde un punto de vista actuarial y que tienen un gran impacto creciente en el seguro de Salud, como olas de calor y frío, por ejemplo”, detalla.
De igual modo, Silvia Agulló, directora de Negocio Responsable de DKV Seguros apunta que las entidades están “atentas para identificar qué coberturas y, sobre todo, qué programas preventivos pueden ser objeto de inclusión para que tengan efectividad —impacto en siniestralidad positivo o negativo— en los próximos ejercicios”. En particular, reseña que “los principales focos de estudio son el impacto por el incremento de la frecuencia y la virulencia de las olas de calor y el empeoramiento de la calidad del aire y la reducción de las zonas verdes”.
El cambio climático también afecta a las reaseguradoras, que se están adaptando para dar respuesta. “Las reaseguradoras ya están sufriendo el impacto del cambio climático en su capacidad de gestión de riesgos y han incorporado nuevos criterios a la hora de calcular sus precios en función de su exposición a eventos extremos vinculados con el entorno, como olas de calor y frío, fenómenos físicos y meteorológicos, etc. El Reaseguro tiene capacidad para adaptarse a un escenario de riesgo creciente causado por el medio ambiente y sus compañías exploran nuevos mecanismos financieros para mantener su solvencia y capacidad”, declara Jaime Ortiz (Asisa). Además, recuerda que “las reaseguradoras, que en el mercado global gestionan una gran cantidad de activos, empiezan a tener en cuenta criterios de sostenibilidad e impacto ambiental al diseñar sus inversiones, lo que repercute indirectamente en su relación con las aseguradoras”.
Silvia Agulló (DKV) considera que este escenario de cambio climático puede ser “una oportunidad” para estas entidades, “puesto que un objetivo del reaseguro puede ser dar protección en caso de posibles siniestros relacionados con dicho cambio climático”.
Juan Sánchez (Aegon) coincide que “es posible que las reaseguradoras desarrollen nuevos productos o coberturas para cubrir los riesgos relacionados con el cambio climático que hasta ahora no se hayan cubierto”. “El cambio climático no sólo genera costes, sino también oportunidades”, apostilla. En cuanto a su posible repercusión en las renovaciones de reaseguro, afirma que “todavía es temprano para determinar el impacto del cambio climático, especialmente por la falta de datos”. En cualquier caso, subraya, “las reaseguradoras están cada vez más preocupadas por los riesgos relacionados con el cambio climático y están incorporándolos en sus modelos de riesgo”. De este modo, sostiene que “puede suponer cambios en las condiciones y términos de las renovaciones de reaseguro, así como en las primas”. Por ejemplo, indica que “las reaseguradoras podrían exigir que las aseguradoras adopten medidas para reducir el riesgo de pérdidas relacionadas con el cambio climático, como la implementación de medidas de prevención y promoción de la salud y la mejora de la infraestructura sanitaria”.
“El impacto del cambio climático en las negociaciones de renovación de reaseguro en España -concluye- dependerá del tipo y frecuencia de eventos climáticos extremos y enfermedades relacionadas con el clima que se produzcan en el medio/largo plazo”.
Las consecuencias del cambio climático ya están impactando en nuestra salud, pero es difícil saber cómo están incidiendo en el seguro. “Es difícil cuantificar el impacto en la siniestralidad, aunque a medio plazo dispondremos de más información para comprender mejor cómo afecta. Se verá afectada la frecuencia de acudir al médico y de la atención hospitalaria. No descartamos que puedan ocurrir nuevas patologías y, sobre todo, patologías actuales con mayor virulencia. Y el incremento de los siniestros será mayor en las edades más altas”, vaticina Agulló.
Juan Sánchez (AEGON)
“El aumento del número de eventos relativos al cambio climático y su impacto puede aumentar el coste de la aseguradora y, por lo tanto, se puede necesitar un aumento de las primas que asumirá el cliente”
En cualquier caso, Ortiz advierte que el cambio climático ya está incrementando la siniestralidad del seguro de Salud. “En 2022, las sucesivas olas de calor, que los expertos vinculan con el cambio climático, triplicaron el número de fallecidos por efecto de las altas temperaturas en España. A la vez, algunas enfermedades respiratorias vinculadas con la contaminación del aire se están incrementando y la crisis energética que vivimos, que ya empieza a provocar una desaceleración del proceso de descarbonización, agravará el problema a medio plazo. Son dos ejemplos de cómo el cambio climático afecta al seguro de Salud y nos obligará en el futuro a revisar nuestras coberturas en ámbitos como dermatología, neumología u otros procesos que pueden llegar incluso a estar vinculados con temas oncológicos”, especifica.
El aumento de la siniestralidad podría verse reflejado en un incremento de las primas. “El aumento del número de eventos relativos al cambio climático y su impacto puede aumentar el coste de la aseguradora y, por lo tanto, se puede necesitar un aumento de las primas que asumirá el cliente. No olvidemos que uno de los requisitos para que un riesgo sea asegurable es que la suma de las primas sea mayor al coste esperado por asumir el riesgo”, recuerda Sánchez.
El director Comercial y de Marketing de Asisa también vislumbra una posible subida de primas. “El ramo de Salud mantiene un margen de rentabilidad muy pequeño, por lo que cualquier incremento en la siniestralidad genera un fuerte impacto en las cuentas de resultados. Aunque las primas se mantienen estables en los últimos años, con subidas en el entorno de la inflación y que, además, financian la incorporación de nuevas coberturas y nuevos tratamientos junto a las mejoras en medios de diagnóstico, es evidente que tendrán que adaptarse a los costes asistenciales reales, que no paran de incrementarse empujados por el desarrollo tecnológico, el envejecimiento progresivo de la población, la adaptación a las demandas de las nuevas generaciones de clientes y los efectos para la salud del cambio climático, entre otros factores”.
Jaime Ortiz (ASISA)
“El cambio climático tiene un efecto directo sobre la salud de las personas que se traducirá a corto y medio plazo en un cambio en las coberturas ofrecidas por el seguro de Salud para adaptarlas a la realidad”
Asimismo, la responsable de DKV cree que el cambio climático “puede llevar a un incremento adicional de primas en el futuro, por las patologías asociadas o por el aumento en la frecuencia de acudir al médico o a hospitales”.
Sin embargo, Sánchez reconoce que no es sencillo adelantar cómo podría repercutir el cambio climático en las primas. “Aunque es inequívoco que el cambio climático afecta a la salud humana, sigue siendo difícil estimar con precisión la magnitud y el impacto de muchos riesgos. Uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector asegurador es la disponibilidad de datos, tanto internos como externos, que son claves para gestionar los riesgos de manera efectiva. En el caso de Aegon España, las primas se ven modificadas en base a la experiencia y a los siniestros acontecidos. Aquí, se están teniendo en cuenta los siniestros debidos al cambio climático”, explica.