Acumulación de transiciones
Francisco Lara
Presidente de Pelayo
Estamos en un periodo en que se están acumulando demasiados fenómenos de transformación del entorno, algunos de reciente aparición y otros que vienen fraguándose desde hace tiempo. Estamos viviendo una acumulación de transiciones; me hubiera encantado que el concepto fuera mío, porque me parece muy afortunado, pero para ser justos se lo he escuchado por primera vez a los economistas de AFI (Analistas Financieros Internacionales). Acumulación de transiciones de carácter geopolítico, energético, de política monetaria, comercial e incluso climática. Inevitablemente, esta agregación de crisis (entendidas como cambio de modelo) va a generar un alto nivel de incertidumbre, tanto en el corto como en el largo plazo.
Esta incertidumbre complica las previsiones económicas que podemos hacer para este ejercicio, pero ya se han concretado una serie de condicionantes que van a conformar de forma clara 2023. Gran parte del protagonismo lo está acaparando un incremento alto y sostenido en los precios, que se venía gestando por los problemas de oferta tras la crisis de la Covid y que se ha desencadenado definitivamente por los efectos reales y esperados por la guerra de Ucrania. Esta situación de inflación se mantendrá en 2023 (si bien algunas estimaciones optimistas arrojan previsiones a la baja) y lo hará en un entorno de crecimiento económico muy modesto. Por otro lado, la acción de las políticas monetarias ha permitido la elevación de los tipos de interés a unos niveles que hacía tiempo que habíamos abandonado, situación que previsiblemente se mantendrá este año.
El crecimiento moderado de la economía y especialmente la situación sostenida de incremento de precios van a condicionar de forma importante el negocio asegurador en este año que empieza, aunque es cierto que dependerá de cada ramo de negocio. La inflación, los incrementos de siniestralidad consecuencia de aspectos regulatorios como las actualizaciones del baremo de daños personales en los siniestros de Autos, el endurecimiento de las condiciones de reaseguro, son ejemplos destacados de cuestiones que van a presionar de forma importante la estructura de costes del negocio.
Parte de estos incrementos de costes harán inevitable un ajuste en los precios de los seguros que con bastante probabilidad veremos este año. Estos incrementos serán cada vez más segmentados y personalizados y es difícil pensar que recogerán todo el incremento de costes. Por ello, será imprescindible seguir avanzando en operativas, tecnología y mejora de procesos que permitan seguir mejorando la eficiencia sin que suponga un detrimento en la calidad y en la experiencia de los clientes.
Para ganar en términos de eficiencia y experiencia de nuestros clientes, con una capacidad de respuesta omnicanal y cada vez más digital, se mantendrá la necesidad de seguir invirtiendo de forma constante en transformación digital y en el talento de las personas que contribuyan a estas transformaciones. Estas necesidades son una tendencia consolidada y de nuevo se plantea la necesidad de buscar fórmulas que permitan abordar las necesidades de inversión que ello supone. Será la manera de mantener una buena posición en el mercado, incluso frente a la irrupción de nuevos competidores.
2023 solo es el primer año de un periodo más amplio en el que tendremos que gestionar la acumulación de transiciones que nos ha tocado en suerte. Es un sentimiento, pero confío, con bastante convencimiento, en cómo el sector asegurador español afrontará estos retos.