Sombras chinescas. Eso sí, sostenibles

Director técnico de LLUCH & JUELICH CORREDURíA DE SEGUROS S.L.

He de reconocer que entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible no aparece, ni de lejos, la preservación del asesoramiento independiente. Por tanto, entiendo que no tengo argumentos que avalen que un corredor no pueda abrir una clave de agencia con la aseguradora de turno para comercializar sus productos de ahorro y de inversión sin perderse por el camino los rápeles de producción que, de ser corredor, supondrían un clarísimo y feo conflicto de interés. Abriendo una agencia, se blanquea la ética.

Y es entonces cuando me da en la nariz que eso de ser responsable socialmente y sostenible puede que no sea solo una cuestión de inversión en activos verdes, en empresas responsables, éticas, que no se dediquen a negocios negros como el carbón, tóxicos como los pesticidas o éticamente dudosos como las de armamento. Puesto a invertir solo en empresas sostenibles, está claro que deberemos descartar al sector bancario, que avanza sin freno hacia su siguiente colapso mientras abusa 360º de su cliente, me temo, por más que ofrezcan –de vez en cuando- alguna exposición de pintura flamenca o desgraven no sé cuántos euros de sus millonarios beneficios, haciendo alguna gracia a alguna ONG. ¿También deberemos descartar a aquellas aseguradoras que apoyan a las Personas con Discapacidad con donativos y después las excluyen de cobertura, vulnerando la Disposición Adicional cuarta de la LCS? 

Las Memorias de papier couché lo aguantan todo. Con sonrientes fotos compradas en bancos de imágenes, con coloristas gráficos, con hermosas descripciones del contexto geopolítico y su impacto en los inversores, con sus empáticos análisis de la huella humana que genera un Sistema del que representan un porcentaje altísimo, podremos asistir a la magia de entrar de lleno en las finanzas sostenibles. ¡Ríanse del Metaverso!

Habrá tiempo para analizar por qué se sigue excluyendo la epidemia o la pandemia, por qué la Disposición Adicional 5ª no se respeta ni de lejos, por qué se pagan comisiones que superan con creces el interés técnico y por qué se toleran redes piramidales de venta de seguros de ahorro. Si es que se analiza, claro está, que hay cosas que es mejor dejar bajo la alfombra.

Las finanzas sostenibles deberían ser, primordialmente, sostenibles para quien aporta su dinero, esto es el tomador/asegurado. El resto son sombras chinescas, si no alcanzan dicho objetivo básico.

Sostenibilidad: rememos en la misma dirección

Patricia Suárez

Presidenta de ASUFIN

Cuando reflexionamos acerca de las finanzas verdes, a menudo, se nos escapa que el sector asegurador no puede, debe, ni siquiera lo está, ser ajeno a todo ello. En unas jornadas recientes de Unespa, se hizo hincapié en que uno de los objetivos es lograr un mercado de productos ASG y que tal cosa no será posible sin los mediadores de seguros. El papel de la Mediación es clave, se insistió en la jornada: “Las aseguradoras pueden contribuir con sus productos, pero el valor que incorpora la Mediación es fundamental para que los elementos relacionados con la sostenibilidad entren en las necesidades del cliente”, declaró la secretaria general, Mirenchu del Valle, que enfatizó en “la creación de un mercado profundo y transparente de productos financieros. ASG no será nada sin la colaboración de los distribuidores”. No podemos estar más de acuerdo. 

De hecho, quiero recordar que, de forma paralela a lo que sucede en el ámbito de la inversión, desde el mes de agosto los mediadores han de tener en cuenta también cuáles son las preferencias de sostenibilidad del cliente. Esta es una cuestión fundamental. ASUFIN se ha aliado con la organización WWF, que centra todos sus esfuerzos en la preservación del medioambiente, para intensificar la presión y divulgar la información en torno a estos nuevos requerimientos. La labor de asesoramiento orientada a que el inversor minorista coloque su ahorro en productos rentables y seguros se enriquece con la sostenibilidad. Ojo, no podemos pensar que rentabilidad y seguridad no puedan ser incompatibles con sostenibilidad. En la medida en que la necesaria preservación del hábitat -dado que el plan B es inasumible- y la integridad de los 8.000 millones de seres humanos que ya lo habitamos -incorporación de los valores sociales en nuestra actividad económica-, hace urgente un cambio de modelo, las carteras de inversión -y seguro- no sostenibles irán perdiendo valor. Todo está relacionado, amigos. Rememos en la misma dirección.