La ¿estafa? piramidal de las subcontrataciones

Patricia Suárez

Presidenta de ASUFIN

Las compañías necesitan hoy de una ingente fuerza comercial para colocar su producto por delante de la competencia. No es nuevo ni objetable, pero la desmesura puede acarrear problemas, y más si empieza a bordear, cuando no superar, la legalidad. Porque, convendrán conmigo, no es lo mismo vender piezas de ropa que seguros de salud, vida, hogar,… Las consecuencias de una venta inadecuada no son, por descontado, las mismas. Hoy queremos poner de manifiesto la amenaza que representa para la protección del consumidor el desproporcionado crecimiento de los auxiliares externos en el ámbito de la correduría. Una figura que nació como soporte a la contratación de productos, como “avisadores” y tanteadores del mercado, que asistían la labor del profesional, y que hoy se han convertido en soporte de estructuras piramidales de comerciales, en las que el conocimiento y formación del corredor queda, por desgracia, bastante diluida, en muchos casos. 

No olvidemos que la ley avala la existencia de una fuerza comercial externalizada, vinculada a corredores y agentes, autónomos que perciben comisión por ventas. Pero el matiz “vinculados” no es baladí. Directamente, y por encima de estos comerciales, tiene que existir el cariz profesional, de formación y seguridad que aporta el corredor. 

Sabemos de compañías, corredurías o agencias vinculadas, con hasta siete niveles de subcontratación de auxiliares. Cuando el de abajo vende, todos los demás tienen que cobrar su parte. Retribuir a todos ellos impacta necesariamente en la prima final al cliente.

Existe además la realidad de pequeños corredores que son absorbidos por corredurías, integradoras o mayoristas, que les tratan como colaboradores y se quedan con el negocio. La subcontratación vuelve a aflorar en esta forma no orgánica de crecimiento, en la que se incorporan auxiliares que, a su vez, tenían una plantilla de auxiliares.

Pero cuidado porque la IDD (Insurance Distribution Directive), la Directiva de Distribución de Seguros, prohíbe expresamente la subcontratación de colaborares externos por parte de otros colaboradores, a su vez, es decir, el modus vivendi de determinados players del sector, que podrían ascender al 35% del total.

Buenas noticias para el consumidor, sin duda. Nos dirigimos a un corredor porque espera obtener un asesoramiento independiente, de calidad, basado en el queremos contratar en base a un conocimiento y buen hacer. Si el montaje de los auxiliares soslaya la obligación de formación, conocimiento y seguridad para el cliente, ¿qué obtenemos a cambio? ¿Podríamos estar ante un fraude? Los gestores de cuentas son comerciales, no corredores. El consumidor que contrata un seguro no puede firmar movido por reclamos comerciales, tiene que hacerlo bien informado y asesorado.