¿Quién paga la fiesta?

PATRICIA SUÁREZ
PRESIDENTA ASUFIN

La percha, para hablar de este tema, nos la daba, hace unos días la propia Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, que afirmaba, en un foro organizado por el periódico ABC, que era necesario “vigilar” la traslación de costes al sector asegurador, en un contexto de alta inflación. Por un lado, instaban a que las entidades no repercutiesen todo a sus usuarios; por otro, que deben potenciar la supervisión de solvencia y modelos de negocio del sector de los seguros, de cara a tratar de prever posibles problemas que puedan aparecer. ¿En qué quedamos? ¿Quién paga la fiesta, permítanme la expresión?

Es evidente que el asegurador es un sector que se mueve en un contexto de mucha competencia, que tiene que hacer pedagogía constante entre sus clientes (todo va bien si nada se precisa del producto o servicios, mayoritariamente), mientras debe cumplir con diversos requerimientos normativos. Ofrecer un producto adecuado, de calidad, que responda en el momento que debe, a medida del cliente y a un precio competitivo, es la quimera por conseguir en un contexto de costes desorbitados. 

Con todo, también estamos ante un sector con alta capacidad de innovación y adaptación al cliente. Llevamos años familiarizándonos con las propuestas ofrecidas por las Insurtech que, en solitario o sinergia con las grandes compañías, ofrecen ese plus que puede seducir a los usuarios en la búsqueda de productos y servicios que se adapten, en estos momentos, al poder adquisitivo menguado. 

Sabemos que la inflación es un mal endémico de las economías en situación de desequilibrio, uno de los más dañinos porque conduce inexorablemente al empobrecimiento de las capas más humildes y clases medias. Debemos atravesar este periodo de precios tensionados sin poner en riesgo cuestiones importantes como la calidad del servicio, la puesta en el mercado de productos que ajusten a las necesidades reales de los clientes y una variedad que esté al alcance de que una población que pueda permitirse una cobertura de riesgos digna y adecuada.