Con pies de plomo
Nos merecíamos un verano tan relajado como éste. Y eso que veníamos de unos meses -y años- previos ciertamente difíciles. O a lo mejor por eso ha sido tan tranquilo. Todos hemos tratado de aparcar la situación económica a afrontar, originada, no solo, por la guerra de Ucrania, y con una inflación que incide muy directamente en los bolsillos de los ciudadanos y por tanto en su contratación de seguros. Un escenario en el que las compañías están teniendo que andar con pies de plomo no solo para cerrar medianamente bien 2022 sino para sentar las bases de su desarrollo y resultados en 2023.
Este año, vamos a vivir 12 meses complicados, que podrían cerrarse bien en primas y resultados, pero que dejan entrever un 2023 lleno de icerbergs. Lo refleja la encuesta que llevamos en este número. Preocupa mucho la manida inflación, por el incremento notable de costes que supone a todos los niveles, singularmente entre proveedores; y ello, además, en un contexto de sensible aumento de la siniestralidad en casi todos los ramos.
El sector debería verse beneficiado por la subida de tipos de interés, pero mientras eso se aprecia hay cuestiones que a mi juicio capitalizarán sus miras, más allá de los procesos de compra (últimamente generalizados entre corredurías, como se ha visto en los casos Confide-PIB o Concentra-BlackFin Capital Partners, a los darán continuidad otros protagonizados por brokers de primer nivel antes de final de año). Voy a referirme a 6:
- Los cambios sociales, tanto de hábitos como de personas. Al Seguro no se le va a perdonar que no de cobertura a futuros nuevos riesgos o adaptarse rápido a los cambios de usos (como ha empezado a ocurrir en Autos con los VMP). Tampoco, que no de soluciones aseguradoras a riesgos ya existentes (cada vez será más impensable que haya sectores de actividad sin un seguro razonable).
- El envejecimiento. Vamos a una sociedad de personas con mayores expectativas y calidad de vida, que necesitarán respuestas posiblemente muy vinculadas a servicios o prestaciones. Y los hijos o nietos de esas personas tampoco perdonarán a quienes no sean capaces de darlas.
- El auge de fenómenos naturales. La ola de calor de este verano nos ha hecho percibir de forma evidente el cambio climático. Y la tendencia creciente de los incendios. Al Seguro ya le impacta y la tendencia se agudizará, igual que la demanda social de una respuesta aseguradora y una involucración decidida, y no solo de palabra, por la RSC.
- La digitalización ya marca el ‘día a día’ de empresas y entidades, pero el camino será cada vez más rápido y necesario, y apenas acaba de empezar.
- Desarrollo de los sistemas de previsión social complementaria en España; sigo pensando que con las políticas actuales en la materia no vamos a ningún sitio y que finalmente se recurrirá a los seguros y planes de pensiones privados como aliados necesarios.
- Demostrar el compromiso real con las personas y la sociedad. Eso implica cumplir, de verdad, esos mensajes que tanto lucen de “somos ya casi paritarios”, “las mujeres se valoran en nuestra organización tanto como los hombres”, “creemos en el talento joven”, “apostamos por la conciliación”,…
¡Cuánto camino queda! ¿verdad?
Juan Manuel Blanco. Director Editorial de INESE
@JuanMaBlancoG