Tamaño del texto
Acerca de
En la aplicación de Inese podrá acceder a toda la información del sector asegurador, con noticias, reportajes, novedades y toda la actualidad que le permitirá estar al día de todas las novedades del sector asegurador.
Accede la revista Actualidad Aseguradora y Actualidad Aseguradora Mediación con una experiencia de uso sencilla e intuitiva.
Lea su suscripción a la revista desde cualquier plataforma: PC, Smartphone, o Tablet desde cualquier sitio incluso sin conexión.
¿Necesita ayuda?
Si tiene cualquier consulta o duda sobre la aplicación le atenderemos personalmente en el email web@inese.es o en el teléfono 911 92 48 44
Si lo que desea es darse de baja de la suscripción que realizó a través de la app debe seguir los pasos que le explicamos en el siguiente enlace: Baja
Si es usted suscriptor de Actualidad Aseguradora completo (Edición impresa – Edición digital) puede ponerse en contacto con suscripciones@Inese.es
Privacidad
Seguimiento de Google Analytics
Esta aplicación utiliza Google Analytics para recopilar datos de uso anónimos y exclusivamente en nuestra app que nos ayudan a mejorar nuestra aplicación. Si desea puede desconectarlo
Política de privacidad
A lo largo del año 2021 hemos asistido a 2 etapas claramente diferenciadas en cuanto al comportamiento de los mercados financieros, en general, y al ánimo de la sociedad del mundo desarrollado, en particular. Una primera etapa en la que, gracias a la vacunación masiva de la población del mundo desarrollado, se llegó a pensar que la pandemia generada por el COVID 19 quedaba atrás, y por tanto la economía y nuestras vidas volverían a una “cierta fase de normalidad”. La segunda etapa comenzó con la aparición de la variante “Delta” (cuyo impacto fue significativo en el segundo y tercer trimestre del año) y prosiguió con el surgimiento de la variante “Ómicron” a partir de noviembre, que nos obligaba a adoptar nuevas restricciones, nuevos confinamientos, nuevas muertes y cientos de miles de contagios diarios.
La ansiada recuperación económica que se anticipaba para 2021 ha resultado ser de menor cuantía que la esperada, no solo por el recrudecimiento de la pandemia sino también por los problemas logísticos que hemos vivido a nivel global, y que han provocado serios y preocupantes cuellos de botella en muchos de los sectores industriales, tanto por la falta de bienes intermedios como de recursos logísticos disponibles, además de un fortísimo repunte de la inflación (movimiento soportado por el incremento de los costes energéticos y logísticos).
Nuestro país no ha sido inmune a esta situación, afectado aún más por la propia idiosincrasia de nuestra economía, de forma que el impacto de la pandemia en el sector turístico y hostelero ha hecho que la cifra de crecimiento haya quedado muy por debajo de las expectativas de principios de año y hayamos asistido a los mayores precios de la factura eléctrica de nuestra historia, muy impactada por los altos precios del gas usado como generador marginal de electricidad.
“Seguramente 2022 depare muchas sorpresas y oportunidades de inversión en momentos de volatilidad, así que habrá que ser muy cautos, mantener la cabeza fría y, sobre todo, tener claro el rumbo al que queremos llevar nuestras carteras de inversión a medio plazo y el riesgo a asumir
Ante esta situación inflacionaria, los bancos centrales a nivel global se han visto obligados, para controlar una inflación más duradera de lo estimado inicialmente, a comenzar con la retirada de estímulos monetarios (también es cierto que la recuperación del mercado laboral a nivel mundial les ha animado a poner en marcha dicha retirada), durante este recién terminado 2021, y tomará mayor vigor a lo largo de 2022, con una importante desaceleración del volumen de compra de bonos, que en algunos casos vendrá acompañada con posteriores repuntes de los tipos de referencia.
Esta actuación de los bancos centrales se produce en un entorno de todavía expansión fiscal por parte tanto de EEUU como de Europa, pero a su vez en un entorno de subida de impuestos a las grandes empresas, de desaceleración del impulso de la globalización (buscando que la producción se sitúe más cerca del consumo aún a costa de una menor eficiencia y mayores costes), con una búsqueda de un mayor reparto del PIB a las rentas salariales frente a las empresariales, y una necesidad de inversión en la transición energética para hacer frente al cambio climático.
Todo ello, y en lo que a los mercados financieros respecta, nos sitúa en una situación muy diferente a la de los últimos años, donde el escenario de “Liquidity ON” dejará de estar activo, y es previsible que se revierta el proceso de inflación financiera generado por ese exceso de liquidez en la mayor parte de los mercados públicos.
Así pues, este proceso de “desinflación financiera” es probable que venga acompañado de:
Este escenario, de producirse, no es necesariamente malo para el sector asegurador, ya que, después de muchos trimestres con rentabilidades negativas o planas de los activos de alta calidad en el mundo de la renta fija, se podrá ver cómo los bonos de grado de inversión comenzarán a ofrecer rentabilidades algo más razonables.
En todo caso, no prevemos que esa “desinflación financiera” impulsada por los bancos centrales vaya a ser muy contundente, ya que los banqueros centrales, especialmente los de la FED, son conscientes de la relevancia del efecto riqueza generado en los últimos años por la subida de los precios bursátiles y de las viviendas, y que está sosteniendo y acelerando el consumo en EEUU.
En este escenario, creemos que aún hay que seguir siendo pacientes en lo referente a alargar duraciones, tanto de tipos de interés como de crédito, y seguir diversificando los riesgos de la cartera hacia activos que no tengan correlación alguna con los activos financieros tradicionales, y muy especialmente dando un mayor peso a los activos alternativos, que están aún muy poco presentes en las carteras de la mayoría de las compañías de seguros españolas, al menos en comparación con las compañías europeas y especialmente las compañías anglosajonas.
Así, por ejemplo, la inversión en bienes reales (inmobiliario, infraestructuras, redes, …etc.), cuyos ingresos vayan vinculados a la inflación, estarían protegidos, al menos parcialmente de este escenario. Por otro lado, la movilización de recursos a nivel global hacia la transición energética creemos que va a seguir generando importantes oportunidades de inversión y rentabilidad, soportada, que duda cabe, por la presión regulatoria en los aspectos relacionados con el ESG.
En lo referente a la renta variable, asistiremos a una importante rotación de sectores que se vieron beneficiados por la necesidad de “estar en casa” y del “consumo digital” hacia los sectores de “consumo real” y el consumo en la calle. Esta tendencia se afianzará si finalmente la pandemia del COVID avanza hacia convertirse en una endemia y se trata a futuro de manera similar a la gripe.
Seguramente el año 2022 nos aguarde muchas sorpresas y oportunidades de inversión en momentos de volatilidad, así que habrá que ser muy cautos, mantener la cabeza fría y, sobre todo, tener claro el rumbo al que queremos llevar nuestras carteras de inversión a medio plazo y el riesgo que estamos dispuestos a asumir.
¡Mucha suerte a todos y mucha prudencia con los mercados!