Hacia la felicidad y el éxito empresarial

Juan Antonio Martínez Gijón
Socio de AMG Human y Sportalent - juanantoniomartinez@amghuman.com

He tenido el privilegio de participar en una inspiradora sesión de Diversidad, enmarcada en una de las acertadas iniciativas promovidas por diversas compañías de seguros a principios de mes. El evento estuvo guiado por Emmanuel Djengue y Estefanía Borondo, y contó con una charla magistral de Cristina Vila. 

Los asistentes nos dividimos en mesas de trabajo; la nuestra se centró en el tema de brindar oportunidades laborales a personas con discapacidad física o intelectual. La primera sorpresa fue comprobar el desconocimiento que existe sobre la presencia de profesionales con discapacidad en las empresas. Un punto inquietante, pero, a la vez, un desafío que invita a la reflexión.

En España hay una ley que establece cuotas de empleo para personas con discapacidad en las empresas, cuotas que pueden cumplirse contratando servicios relacionados con la hostelería o con empresas especializadas en discapacidad. Cuando uno profundiza en el tema se descubre que las personas con discapacidad tienen una necesidad igual o mayor de trabajar, ya que el empleo los hace sentirse válidos y realizados.

Además, nos dimos cuenta de que lo que estas personas aportan a sus compañeros de trabajo es invaluable y supera con creces lo que reciben. Con un destacado neurólogo, descubrimos que el síndrome de Down, por ejemplo, ha existido desde tiempos prehistóricos y ha perdurado en parte debido a que estas personas contribuían a fortalecer y unir a las familias, gracias a su carácter alegre y contagioso. Es decir, tener personas con discapacidad en nuestras plantillas no solo aumenta la felicidad de los empleados, sino que contribuye a prevenir la proliferación de enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión, cada vez más comunes en el entorno laboral.

En nuestra mesa desarrollamos un proyecto en el cual el equipo directivo y el Departamento de Recursos Humanos de cada entidad deberían definir detalladamente las tareas y funciones diarias y luego asociarlas con diferentes perfiles de discapacidad. Una idea que surgió y que consideramos valiosa fue la creación de una figura denominada “angelitos”, en la cual profesionales de las empresas trabajan en colaboración con personas con discapacidad de diversos perfiles, brindándose mutuo apoyo y enriqueciendo la dinámica laboral. Llegamos a un consenso importante: sería ideal que instituciones como la DGSFP, UNESPA, fundaciones de aseguradoras y asociaciones del sector, junto con las propias empresas, se unieran para establecer desafíos y premios que fomentaran la inclusión laboral de personas con discapacidad.

Impacto positivo en los resultados

Es cierto que muchas empresas ya emplean a personas con discapacidad, pero deberíamos considerar seriamente la posibilidad de hacerlo no solo para cumplir con cuotas, sino también por nuestro propio beneficio. Su inclusión no solo aumenta la felicidad de nuestros empleados, sino que también fortalece el sentimiento de pertenencia, lo que, a su vez, reduce los elevados niveles de rotación laboral existentes. Además, todo esto tiene un impacto directo en los resultados financieros, ya que es innegable que cuando los empleados se sienten felices y trabajan con eficiencia, todo funciona mejor, las ventas aumentan y crece la fidelización de los clientes.

La inclusión laboral de personas con discapacidad no solo es un acto de responsabilidad social, es una vía hacia un ambiente laboral más enriquecedor, una sociedad más equitativa y empresas más prósperas. Es un camino que conduce hacia la felicidad y el éxito empresarial. Es nuestro deber emprenderlo con determinación y pasión.